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LA ÚLTIMA ENTREVISTA A JOSÉ CARBAJAL (2) - LINDO HABERLO CONTADO


Por Gerardo Carrasco

De acá

"Creo que está bueno porque es enriquecedor", opina cuando se le pregunta sobre el nuevo fenómeno denominado "Música Popular Uruguaya" (MPU), definición que aglutina músicos de diferentes géneros. "Las fusiones siempre enriquecen, y además todo el mundo vive haciendo fusiones. Nadie hace música folklórica al ciento por ciento, vamos sacando de aquí y de allá... recogiendo influencias".

A modo de ejemplo de ello, refiere que "casualmente en un programa de radio me pidieron que eligiera tres canciones que me hubieran conmovido a lo largo de mi vida, y una de las que elegí es de Bill Halley, algo de los inicios del rocanroll", una elección que probablemente nadie esperaría del Sabalero.

"Claro que no, sin duda esperarían que nombrara algo más de acá, como a Julio Sosa, a quien también incluyo, porque había un tango suyo que siempre le escuchaba tararear a mi padre... Che papusa, oí. Es que a la hora de señalar una canción que marca tu vida, no sólo importa esa canción y quién la canta. Importa tu edad, lo que pasa en tu casa, alrededor tuyo", asegura.

Para Carbajal, el futuro de la música en Uruguay se muestra promisorio. "En conjunto, el panorama actual de la música uruguaya se ve muy positivo, y creo que la botijada esta haciendo cosas muy interesantes. En el rock uruguayo hay una cantidad de bandas que están muy bien, o que van camino a estar muy bien, y lo mismo pasa con la murga y el candombe".

Te acordás hermano

"Contar es vivir de nuevo", subraya el artista, a la hora de señalar un leitmotiv harto frecuente en su obra: la añoranza.

"Uno vive siempre añorando la edad más joven, al menos en mi caso. Cualquiera que escuche mis canciones o cuentitos, puede ver que siempre de desarrollan en el pasado. Y a la hora de componer eso, me doy cuenta que realmente no extraño las cosas que cuento, sino la edad que tenía cuando ocurrieron, cuando las viví. Hecho en falta no tener esa edad, no poder vivir de nuevo esas experiencias, por eso las escribo y las revivo".

La recopilación de estas añoranzas resulta grata al autor, pero también entraña un desafío: dar su justo lugar a la memoria y a la imaginación, trabajar con lo verídico sin desdeñar la cuota de creación, o de ficción quizá involuntaria, por aquello de se non è vero, è ben trovato. "Ahora que tengo que reconstruir la cocina de mis composiciones, me cuesta un poco ser fiel, procurar que los recuerdos no pasen por el costado de las canciones. Es un poco lo que sucede en La casa encantada, donde lo que se relata a lo mejor no ocurrió exactamente así como se narra, hay muchas cosas que son víctimas de la ficción o tal vez fruto de ella. O simplemente se trata de que los recuerdos no son tan fieles, especialmente cuando de trata de la infancia, que es una etapa de la vida donde uno tiene muchísima imaginación y vuela muchísimo".

Pese a estar radicado en Europa, José Carbajal viene con mucha frecuencia a Uruguay, y visita a menudo su Juan Lacaze natal, fuente de inspiración para buena parte de su obra. Sin embargo, estas visitas no tienen como finalidad recoger información o refrescar la memoria para nuevas canciones.

"No es necesario eso. En realidad, todo el tiempo estamos hablando del pasado, pero se trata de cosas sabidas. No son charlas donde nos nutrimos de datos, sino que nutrimos la nostalgia (ríe), nos revolcamos un poco en el dolor de lo que ya pasó. De repente podemos decir "che, te acordás de aquella mina, qué buena que estaba", pero nadie dice "viste a tal fulana, que ahora está gorda". Todo lo contrario. Ese "te acordás" quiere decir que la mina era linda y tenía de quince años para arriba".

Por los barrios más remotos

Respecto a su vida artística en Holanda, donde la "profesión" de músico popular uruguayo no es precisamente popular, Carbajal explica que no es frecuente que se presente en recitales para el público holandés, pero no por ello se queda de brazo cruzados.

"Cuando estaba Jaime (Roos) trabajamos mucho juntos pero no tocando, sino en grabaciones y arreglado canciones. En aquel momento había unos cuantos músicos uruguayos por allá, ahora ya no hay tantos, pero quedan algunos. En esa época grabamos muchas cosas interesantes. Por ejemplo, una vez vino por acá el pianista Álvaro Pasquet a visitar a su sobrino. Se puso a trabajar con nosotros y lo convencimos de que cambiara el pasaje de regreso y se quedara unos días más. Al final terminó grabando el piano con nosotros en la primera versión de Borracho pero con flores. Incluso firmó bajo seudónimo porque acá todavía estaba la dictadura, y no queríamos que tuviera ningún contratiempo por aparecer en el disco".

En cuanto a los espacios y posibilidades de presentarse en vivo en el país de los tulipanes, reconoce que "no es lo usual. Canté en holanda hace un par de años, cuando estuvo de visita el "Burro" Fernando Goicoechea. Entonces hicimos juntos La Casa Encantada para el poco público uruguayo que va quedando, algunos argentinos, y también para cierto público holandés: muchachos punk que habían estado veintipico de años atrás en un toque que yo había dado en un boliche, y que ahora fueron a verme vestidos de traje y corbata, muy formales y llevando de la mano a sus niños. Ahí tenés de nuevo a la nostalgia (ríe), la curiosidad de saber cómo estará ese tipo que tocaba la guitarra mientras nosotros le saltábamos al lado. Yo cambié y ellos cambiaron".

Pero si bien es rara la ocasión de presentarse en Holanda, el músico suele pasear su arte por diversos escenarios internacionales. "Lo hago en España y Francia, y ahora estoy posponiendo un viaje a Suiza porque pienso pasar todo este año acá. También voy bastante seguido a Australia y Estados unidos, a veces solo y otras con músicos".

Por lo general, los países visitados con frecuencia por el Sabalero poseen una nutrida comunidad uruguaya, público objetivo del cantautor. "Hay muchos uruguayos que son el público para el que canto. Cuando viajo sólo, sin los músicos, ofrezco un espectáculo sobre pistas, y las historias que cuento en esas presentaciones sólo puede disfrutarlas un uruguayo".

Esto sucede porque el espectáculo que ofrece el Sabalero es tan musical como narrativo, y requiere un público que comparta ciertos códigos y referencias. "Está en primer lugar la complicidad del país, del lugar de donde procedemos todos, pero también la del lenguaje, que marca muchísimo. A veces una palabra tiene un significado muy particular para un uruguayo, que no lo comparte otra persona que habla español, así sea de la región".



Nos vamos volviendo tecnos

En cuanto a la distribución de la música y las nuevas tecnologías informáticas, que permiten intercambiar música pasándole por el costado a las compañías discográficas, el artista litoraleño no se muestra preocupado. "Yo no veo mal que la gente se baje cosas de Internet cuando no tiene medios para comprarlas, y los discos en Uruguay son muy caros. Aquel que quiere tener el librito y la presentación original compra el disco, pero lo está pagando muy caro, a precios mucho más altos que en la región. Supongo que tendrá que ver con el tamaño del mercado, y a lo mejor con la integración regional eso mejora".

Y apunta que más allá de las descargas -legales o ilegales- de música, la red de redes ofrece interesantes posibilidades de difusión. "Hace unos días estuve por Yaguarón, y canté por primera vez en mi vida en territorio brasileño. Al principio tenía muchas dudas acerca de que conocieran mi música, pero resulto que sí, y cuando canté Chiquillada, casi todo el público -que era de ahí y hablaba en portugués- cantó conmigo en español. Me di cuenta de que tenían noticias de mí y de mí música, y en eso tiene que ver Internet, que es un medio muy fuerte y que influye mucho en la difusión. Creo que lejos de generar una mala situación, nos beneficia muchísimo", sostiene, sin preocuparse por una eventual caída en la venta de los discos.

"Sucede que nadie vive de la venta de discos, salvo las compañías discográficas. Sólo en casos de músicos que venden millones copias se puede considerar que vivan de eso, y se trata de bandas que tienen presupuestos millonarios de difusión publicidad, etc".

En cuanto a edición, el Sabalero parece tener claro el panorama, y haber tomado sus recaudos en consecuencia. "Yo registré el nombre de un sellito -Apereá Récords-, hice un disco y nunca lo distribuí, pero lo tengo ahí pronto por las dudas, por si hago algo con ese material alguna vez, no tener que caer en negociaciones con nadie".

A través de dicho sello se editará algún día el disco "La Viuda", que fuera grabado años atrás y de momento "está ahí, almacenado en casa de un vecino", aunque ya circula en la red "y está bien que la gente lo escuche y lo conozca", entiende su creador.

Posteriormente, el Sabalero se reconoció entusiasmado por la concreción a corto plazo de un proyecto tan vasto como inédito: El Ceibal Canta, iniciativa mediante la cual el artista cantará para millares de niños de todo el país.

"Vamos a arrancar en breve, probablemente en mayo o junio, con Abel García, Washington y Cristina, y el grupo de músicos que siempre me acompaña. La idea es mostrar el Uruguay a niños de cuarto, quinto y sexto de escuela pública. Es un proyecto grande, porque se trata de unos 150.000 chiquilines" relata Carbajal.

"Es caro, y estamos consiguiendo las financiaciones necesarias, porque no le pedimos ni un mango al Estado. Y como es un espectáculo caro, tenemos que manejarnos con sponsors", explica.

Botar las botas

Más allá de sus cualidades como músico y narrador, el Sabalero ha sido señalado en más de una ocasión por sus opiniones. Su categórico y visceral rechazo a la institución militar, supo granjearle apoyos y repulsas allá por el año 2000, cuando declaró que "si alguien manda a su hijo a un liceo militar, donde en vez de compañeros son camaradas de armas, aprenden a matar, se preparan para la guerra, termina convertido en un hijo de puta".



Con tales antecedentes, e interrogado acerca de la pertinencia de la carta que Oscar Arias, presidente saliente de Costa Rica dirigiera a su homólogo uruguayo, invitándolo a abolir las Fuerzas Armadas, el Sabalero fue cauteloso "Es un tema delicado. Como idea se puede considerar, pero lo podrían haber conversado tomando un mate, o un asadito en la casa de Pepe. Lo que no me parece es hacer oficial un pedido así. Es como meterse en la historia y el funcionamiento de otro país. No lo veo muy prolijo”.

"Yo estoy en contra de todo lo militar. No acepto la institución, pero existe, es una realidad y hay que convivir con ella", concluyó.

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