sábado

ESPACIO Y TIEMPO EN LAS PATOLOGÍAS MENTALES (69) - HÉCTOR GARBARINO

 

 1ra edición: Editorial Roca Viva / Julio 1996 

1º edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes / 2019

 

 VI. AUTISMO

 

VIRGINIA ERRANDONEA

 

De la madre-máquina a la madre-humana (*) (8)

 

II / El surgimiento del juego (7)

 

Discusión (3)

 

Lizardo Valdéz: “La otra cosa que se podría plantear es el tema de las dimensionalidades. Desde esta situación vemos una realidad pluridimensional caótica; en esta otra que se da en otro tipo de comunicación de la televisión, de lo plano, de esa cosa bidimensional. El lenguaje también aparece plasmado, escrito en el papel, lo puede usar también como liso y digamos que la posibilidad de conectarse pasa también por ese registro. Podemos ver cómo después, con dificultades y sólo a veces, se puede introducir algo de lo tridimensional, como sacar y poner en otro lugar diferente.

 

La otra cosa que se desprende de esto a mi modo ver, es que hay en el trabajo con estos pacientes una actitud más activa de parte del terapeuta de poderse ubicar y trabajar desde ese lugar pero tirando hacia determinada dirección”.

 

Alberto Weigle: “Yo estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se han dicho en relación a la evolución de este chico y de la manera en que se puede tomar contacto con él.

 

Creo que el problema de la identidad del paciente y de la identidad del otro está en juego centralmente acá. Pienso que hay una falla en el sistema de recepción al estilo computadora que no le permite integrar una cantidad de información necesaria como para poder conformarse como una persona humana en toda la dimensión de la palabra; eso le cuesta mucho. En el video se ve con claridad cómo él se refiere a sí mismo en tercera persona como hacen los niños cuando empiezan a hablar, cuando comienzan a adquirir su identidad y a comprender quiénes son y cómo son identificados; en donde lo del otro me parece fundamental.

 

En estos niños donde hay una enorme dificultad para establecer fuentes de comunicación el trabajo del terapeuta es el de encontrar en qué punto se puede dar una comunicación con él. Ese punto es variable para cada persona., es una experiencia inédita para el terapeuta el aprender a conectarse con el mundo y en los puntos que pueda. Además puede mostrar o enseñar a los padres o a los que los rodean cuáles son esos puntos de contacto.

 

Yo he visto que cuando el terapeuta logra sus puntos de contacto, baja mucho la ansiedad y el descontrol, afectivo de estos chicos, ese descontrol yo creo que está dado por no poder hacerse entender ni entenderse. Cuando algo de eso se logra, cuando alguna pequeña estructura logra tener una pequeña armonía, el chico se tranquiliza porque puede intercambiar algo. Entonces creo que es esta la misión terapéutica; pero que a su vez hay un aspecto oscuro que tienen que ver con fallas de sistemas que no funcionan.

 

Queda el misterio que siempre me lo pregunto de lo que llaman las islas de precocidad, los idiotas sabios, como les dicen los franceses. Me refiero a esos hiper rendimientos que uno le llaman la atención y que este chico los tiene en relación al área de los idiomas, del lenguaje, de la memorización pero que aparecen como islas, como desgajados, desprendidos de un sistema en el que deberían estar integrados. Si estuvieran en un sistema tal vez ese hiper rendimiento no se daba y se daba un rendimiento parejo y uniforme en todas las áreas, acá en cambio aparece como suelto, como si hubieran desconectado esas computadoras y funcionaran solas y ahí no hay manera de entrarle a eso que además se vuelve incomprensible porque no está conectado con el resto”.

 

Virginia Errandonea: “Yo siento que todavía está con mucho de máquina; lo que se nota por ejemplo en su modo de reaccionar cuando yo no puedo responder las palabras que no sé, que no están ele diccionario”.

 

…..: “Él pide ahí una respuesta que ni él sabe lo que pide ni el terapeuta sabe y yo tampoco sé qué es lo que pide. Está pidiendo algo de contacto, algo como de ser entendido, a lo que no podemos acceder ya que es muy difícil.

 

Héctor Garbarino: “Con respecto a eso, a mí me pareció muy interesante lo que él dijo cuando usted no podía ayudarlo con la palabra inglesa; él dijo una frase excepcional: ‘eso no existe, no existe, yo estoy en blanco’. Quiero decir que la desesperación de él está en encontrar la palabra para no quedar en blanco, no quedar como tabla rasa. Yo creo que ahí está la desesperación por sentir que es alguien si no, él no existe; él existe sólo si está la palabra-presentación, porque no tiene la representación de la palabra.

 

Él se desespera por existir, cuando no puede acceder a lo que quiere se queda en blanco. La televisión lo salvó de estar en blanco”.

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