por
Carlota Fominaya
La
autora de rEDUvolution es a la educación lo que Ferrá Adriá a la gastronomía en
la Fundación Telefónica
A María Acaso, la autora
de rEDUvolution (Paidós), que también es directora de la Escuela de Educación
Disruptiva (EED) de la Fundación Telefónica, no le importa la controversia que
generará el titular de esta entrevista, porque está absolutamente convencida de
ello. A su juicio, «medicar con anfetaminas a niños de dos años con un supuesto
TDAH para que se concentren es, sencillamente, una barbaridad». «¿No sería
mejor pensar en cambiar la educación que reciben?», se pregunta en alto esta
docente. «Resulta ya un lugar común hablar de la obsolescencia del sistema
educativo actual y de la apremiante necesidad de realizar un cambio tanto de
contenidos como de metodología, de romper el pasado pero... ¿cómo hacerlo?».
En
rEDUvolution, su último y provocador libro, propone realizar un cambio de
paradigma. ¿Es que está mal?
No es que esté mal, es
que no sirve. Los niños van con sus Mp3, sus móviles 3G... y su flauta dulce.
¡Por favor! Ha cambiado todo, y sobre todo lo que tiene que ver con la gestión
del conocimiento. Igual que un médico no puede operar sin anestesia, como en el
siglo XIX, hoy no se puede aprender con una lección tradicional, donde lo único
que se consigue es una educación bulímica, donde te atracas de información que
vomitas el día del examen y a los tres segundos cuando has salido por la puerta
has olvidado todo. Ese es el paradigma al que te lleva una educación
tradicional. Hay que ir hacia una educación experiencial, motivadora, activa...
Mientras que en otras disciplinas está super aceptado que el inconsciente lo
que hace es modificar todo el proceso de absorción de datos, en pedagogía no. A
día de hoy parece que todos los alumnos tienen que entender la clase de la
misma manera, coger los mismos apuntes y decirlo igual durante el examen. El
primer paso para la rEDUvolution es admitir que esto no es así. Como profesores
aceptaremos que nosotros enseñamos y que los alumnos aprenden otras cosas. Tu
das una clase a veinte personas y cada uno va a elaborar según su propia
biografía, su creatividad, sus conocimientos... un discurso diferente. Eso es
el hecho educativo.
¿Qué
supone aceptar eso?
Ya no tiene mucho sentido
programar por objetivos, porque no se van a cumplir. Quizás sea mejor elaborar
en lugar de pequeños objetivos grandes metas, abiertas y flexibles.
Su
rEDUvolution conlleva aceptar las pedagogías invisibles. ¿A qué se refiere?
Aceptar que se aprende
más de lo que no es explícito que de lo que es explícito. Lo explícito es lo
que el profesor dice, el libro de texto, el «Power point»... pero luego hay
montones de cosas desde la iluminación de la clase, cómo va vestido el
profesor, o cómo está organizado el aula que nos está dando mucha más
información que lo que nos está diciendo este. Todo lo referente a las
pedagogías invisibles se obvia en la pedagogía tradicional y hay que
recuperarlo.
¿Cuál
debe ser el papel del profesor en esta nueva pedagogía?
Su papel debe entenderse
como un productor cultural, como un artista. Debe saber coger conceptos y
«remixearlos», entendiendo como «remixear» el sistema de producción
contemporánea. Eso no es copiar. Es relacionar. Y crear tu «playlist» de la
clase.
Usted
propone empezar por cambiar la función del profesor, al que se refiere como
«coacher».
Sí, el profesor debería
priorizar la agenda de tus alumnos por encima de todas las cosas, especialmente
por encima del centro, del sistema educativo, de tu propia agenda. en la educación
tradicional el profesor impone todo, los contenidos, las formas, las
metodologías, y ahora creo que debería ser muy importante aprovechar los
saberes de los alumnos e incorporarlos al revés. Qué le interesa al alumno por
encima de qué le interesa al profesor. Nos referimos a las ocho inteligencias
de Howard Gardner.
Eso
es una utopía, tanto si tienes cinco alumnos como si tienes diez, pero mucho
más si tienes treinta.
En cualquier caso, lo que
sí que hacen los profesores es negar los intereses de los alumnos. No se trata
tanto de hacer treinta clases distintas, si no de decir, voy a intentar ver qué
es lo que les interesa a los alumnos y de incorporarlo al aula, en general. Si
les interesa el fútbol, a lo mejor puedo incorporar este deporte como recurso
para explicar las matemáticas. Enseñar videoarte a los adolescentes es muy
difícil, pero si les enseñas videoarte a partir de videoclips es muy fácil.
Creo que los niños, los adolescentes, tienen intereses, entonces, el profesor
creativo es capaz de encontrar ese link.
¿Por
eso señala la creatividad del profesorado como cualidad indispensable?
Siempre se habla de la
creatividad del alumno, pero me parece fundamental la creatividad del profesor,
pero por encima de sus competencias y de sus conocimientos, un profesor
creativo va a llegar a todo y va a realizar unas unidades didácticas
maravillosas. Se va a olvidar del libro de texto y va a crear unas experiencias
increíbles.
Debería
cambiar su formación también.
Sí, claro. El problema
que yo veo en la pedagogía es que se lleva a cabo un proceso de reproducción en
la formación del profesorado. Te pasas media vida quejándote de tus profesores
pero cuando tú te conviertes en uno vuelves a hacer lo mismo. Un docente novel,
supertemeroso, se mete en un aula de Secundaria con cuarenta adolescentes y no
sabe qué hacer y se hace el duro, sin darse cuenta de que lo que tiene que
hacer es lo contrario.
¿Dónde
queda la Ley de Autoridad del profesor, tan necesaria en algunos casos incluso
de agresión al maestro por parte del estudiante?
Pedagogía y poder... En
una estructura de control... No sólo hay que parecer democrático sino que hay
que serlo. Todos somos democráticos de boquilla. Luego llegamos al aula y somos
autoritarios. Si estamos hablando de democracia, no puedes llegar y hacer un
monólogo. O no puedes hablar de democracia y subirte a una tarima.
¿Qué
estrategias de cambio propone para acabar con éxito con estas rigideces?
La primera de ellas es
crear en clase una «comunidad», en lugar de la antagonía «profesor y
estudiante», que además en este momento en que el estudiante tiene muchos
conocimientos por ejemplo de tecnología, ¿qué vas a hacer? En la idea de la
comunidad, entra el profesor como «coach» (entrenador), como acompañante, pero
es que ni siquiera es un acompañante, los profesores y estudiantes como
«coachers» (entrenadores) unos de otros. Si tú tratas al alumno más como un
igual, y le das más poder, sus problemas se reducen. Esos problemas aumentan
cuanto más autoritario es el sistema. Si tú a un alumno le das responsabilidad,
todo mejora. Si le obligas y le das disciplina solamente, al final surge el
miedo. Hay que recuperar los afectos en el aula, son muy importantes.
¿Qué
es y cuál es la máxima del «edupunk», al que usted hace referencia?
Más que una metodología
es un nombre, un paraguas donde se recogen todas las metodologías que no son la
metodología tradicional. La máxima es que tú no puedes cambiar los contenidos
sin cambiar la arquitectura pedagógica. No puedes abogar por una educación
diferente mediante una lección magistral. No puedes dar una clase con un
mobiliario industrial si quieres hacer una clase orgánica. Hay que revisar el
formato y cambiarlo.
También
habla usted de habitar la clase.
Claro, la pedagogía es
mente, pero también es cuerpo. ¿Cómo se entiende el cuerpo en el acto
pedagógico? Sentado (horas), sumiso... No es que haya niños con déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), lo que hay es niños aburridos. Es un problema
superserio, cómo se está medicando de forma a lo bestia, con anfetaminas, a
niños desde los dos años. Menos medicina y más rEDUvolution. Es un problema
terrible que vemos cada vez más, si se cambiara el sistema te aseguro que
habría menos TDAH. No hay que medicar a los niños, que simplemente se quieren
mover, sino cambiar el sistema.
¿Lo
más próximo que tenemos a este sistema es la metodología por proyectos?
Sí. Definitivamente sí,
pero en España hay muy poca oferta en educación alternativa.
¿Están
justificadas para usted la huelga del profesorado del pasado jueves 24 y la
manifestación del sábado?
Lo que indican ambos
actos es que la gente está pidiendo una rEDUvolution. Están pidiendo a gritos
que el profesorado esté mejor pagado, bien considerado, bien formado... como en
el modelo finlandés, donde la clave está en el profesor.
Los
profesores finlandeses también se lo ha ganado. Al parecer son los mejores de
la promoción, y luego pasan evoluciones continuas.
Es cierto, el profesor
finlandés está muy bien formado, es la élite. Pero también está super
reconocido socialmente. En cambio aquí la labor del profesor está
desprestigiada, precarizada... El problema fundamental es la formación del
profesor.
¿Y
cómo se soluciona eso?
Cambiando el sistema.
Nota de corte para pedagogía, igual que en una ingeniería.
Sinopsis
de rEDUvolution
Actualmente
asistimos día a día a situaciones que hace tan solo unos años nos hubieran
parecido inverosímiles y, mientras que todo se transforma, el mundo de la
educación permanece igual, anclado en un paradigma más cercano al siglo XIX y a
la producción industrial que a las dinámicas propias del siglo XXI. Es
necesario que iniciemos la #rEDUvolution o, lo que desde hace algún tiempo se
conoce como la revolución educativa.
El
término rEDUvolutionmediante la mezcla de los términos revolución y educación
apunta a la necesidad de ejecutar una transformación real en los espacios
educativos a través de cinco ejes clave:
Aceptar
que lo que enseñamos no es lo que los estudiantes aprenden. Cambiar las
dinámicas de poder. Habitar el aula. Pasar del simulacro a la experiencia.Dejar
de evaluar para pasar a investigar.
Escrito
con un lenguaje directo y nada académico, en rEDUvolution encontrarás un texto
donde el lenguaje visual aporta tanto conocimiento como el lenguaje escrito.
Asimismo, se incluyen una serie de propuestas que pretenden provocar el siempre
difícil paso de la teoría a la práctica mediante la participación del lector o
lectora en el propio libro.
¡Adelante!
Es la hora de que empieces tu propia #rEDUvolution.
(ABC / 11-3-2015)
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