martes

SUPLEMENTO DEL TALLER LITERARIO DE LIVERPOOL F.C. (39)


FEDERICO RODRIGO


SU SUCIO SILENCIO

Llegó a casa pero la luz no se prendió. Levantó alrededor de la torta una muralla de más de diez regalos que se había comprado. Tenían envolturas de colores pero arrugas de arrepentimiento.

La fiesta estaba llena de silencio: del silencio que deja la Ausencia. Nadie.

Encendió la vela, se cantó y la sopló. Deseó que la vida a veces no fuera tan justa. Con lo primero que encontró empezó a golpearse el costado de los ojos hasta quedarse sin saber qué había en los regalos.

Trató (y hasta sangró) pero no pudo. No pudo olvidar qué había en los regalos y ni siquiera quién era. Nunca pudo.


ANNA RHOGIO
                                                 
LAS ESTRELLAS Y LAS FLORES  (HACIENDO SOÑAR A LOS NIÑOS)
                                                 
En el comienzo sólo las estrellas iluminaban las tinieblas y el caos en Ox.

Ellas crearon una simiente que voló por el cosmos y se posó en el suelo. Brotó una primera planta de la que nació una flor y esa flor originó más plantas y más flores.

Tenían delicioso perfume pero eran opacas y se extendieron como un aromoso tapete pero aún, sólo reinaba la oscuridad.  Temblorosamente tímidas titilaron copiando la forma de los astros rogándoles que les concedieran el don de la luz.

Aquellos dioses benévolos las vistieron impecablemente de blanco y su esplendor se desplegó en la vastedad de ese mundo.

Así surgió la atmósfera fresca y diáfana.

Luego, del lago de la vida emergió la primigenia mujer, una tosca y cuadrada figura de arcilla apenas formada. En su camino hacia la orilla, encontró al primer hombre que estaba sumergido, lo levantó de los cabellos y le sopló el hálito de la vida en el rostro.

Llegaron a la playa y se tendieron sobre el manto de flores que los cubrió piadosamente abrigándolos.

Se durmieron.

Al despertar ya eran sonrosados y bellos cuerpos finamente modelados. Comenzó a llover y se guarecieron en una gruta llevando, sin saber, algunas semillas adheridas en la piel que germinaron y las flores de cinco pétalos se extendieron por las entrañas de Ox para alegrar la vida de la gente.


JOSÉ LUIS MACHADO

UN TEXTO FANTASMAGÓRICO

Hace un tiempo un amigo mío fue contratado como curador de un importante edificio de Marruecos. La Mezquita de Casablanca es una obra arquitectónica imponente de la cultura Islámica. Está hecha por más de 300.000 metros cúbicos de hormigón armado, 40.000 toneladas de acero, 971 toneladas de acero inoxidable y 10.000 metros cuadrados de azulejos. Entre otras cosas también contiene 50 arañas de oro, ocho apliques de cristal de Murano, tres puertas de titanio y el fantasma de una virgen árabe que murió en el siglo V al tratar de escapar de un harén. Ella le cuenta al oído todos estos detalles y algunas cosas mucho más importantes que la soberbia.


ANTONIO GARCÍA PINTOS

EL SUICIDIO DEL OLVIDO

Puedo saber ahora que me retiro que el amor tiene su gran momento de olvido. Experimenté que el amor nace como un estallido, pero muere lentamente y sin palabras cuando atravesamos la larga agonía, tantas veces callada, de la transición de la despedida. La palabra, cualquier palabra, es hueca, vacía y moribunda.

Cada palabra que llegamos a decir en esa instancia feroz y lamentable, condena. Si la palabra es la llave de la libertad, en el pasaje del desamor es la llave de una condena larga y funesta. Por lo cual cada momento de amor tendrá el abismal momento de olvido.

Pero quizá lo peor no sea el fracaso de una dicha que se pensó eterna, sino el duro aprendizaje de la despedida de no poder amar, y saber a corazón abierto que el pozo del olvido es profundo e interminable como el túnel del tiempo.

Tiempo transformado en el imperdonable silencio de la frustración y el vacío, que nos aproxima a una forma de suicidio, a asumir la derrota como el mayor logro de un coraje que intenta ser miserablemente digno.


LUCIO CLAVIJO

BODA

Eras alguien
que yo vi
una vez
en un paisaje
inhóspito
y no esta muchacha
que sonríe ya muerta
en una boda.


FERNANDO ITALIANO

quiero que me agarres el pelo fuertemenente
quiero que me ames así, salvajemente
quiero que cuando estemos uno
seamos mil
amor siento eso
en silencio
de atar


ARIEL AZOR

MONUMENTOS


Cuando el infierno sea
y las aves vuelen 
esquivando las llamas.
Y los brazos se extiendan
sobre el fuego
queriendo alcanzarlas.
Y el calor sea
lo que los sueños 
nunca fueron.
Y los hombres de piedra
con sus entrañas calientes
miren satisfechos

cómo nada cambia.

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