jueves

ALBERTO METHOL FERRÉ - PUEBLA / PROCESO Y TENSIONES (3)


I. EN CAMINO.                                                      
2. LA PREPARACION COMO CONTENIDO (2)
Pero todos estos movimientos no se cerraron en cada Iglesia local. La movilización episcopal más allá de sus fronteras multiplicó su ritmo y su número. El CELAM encomendó a cada uno de sus Departamentos y Secciones nuevas reuniones regionales con los Obispos de los Departamentos correspondientes en cada Conferencia Episcopal, desde fines de Enero hasta comienzos de Abril. Así se desplazaron y dialogaron más de 200 Obispos, con lo que se proseguía e intensificaba la “latinoamericanización” del proceso hacia Puebla. Pero no fue esto sólo: los Departamentos de Laicos y de Religiosos del CELAM, por ejemplo, no solamente se reunieron con los Obispos del respectivo Departamento nacional, sino con los laicos y religiosos que integraban por varios conceptos las delegaciones. De tal modo, las directivas de la CLAR, a nivel nacional y latinoamericano, estuvieron presentes y activas. Y así sucesivamente. El CELAM se propuso estimular una profunda conciencia latinoamericana de los problemas y puso en juego, sin vacilar, todos los medios a su alcance. No sólo había que impulsar la discusión de textos, sino también promover el encuentro del mayor número de personas involucradas de modo relevante. Los informes y discusiones de viva voz son más ahondados que con una lectura a solas. Allí pasó de todo; aún cuestionamientos templados y destemplados al propio CELAM. El modo del mismo proceso estaba hecho para que ningún cuestionamiento fuera evitado. Esta segunda etapa intenta ser la más amplia, la más estimulante, para recoger al máximo la opinión eclesial.
La tercera etapa busca una decantación. Al igual que en la apertura de todo el proceso, vuelven a efectuarse, durante el mes de Junio, cuatro reuniones regionales con los Presidentes y Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales, los Delegados del CELAM, los Directivos del mismo residentes en cada región, los Nuncios y los Ordinarios del lugar en que se efectuó la reunión, uno de los Delegados a Puebla por parte de cada Conferencia y los Obispos latinoamericanos pertenecientes a la Comisión Pontificia para América Latina -CAL- de cada región. Allí se presentó el texto y la síntesis de los aportes de las Conferencias. Se agruparon los aspectos comunes, se profundizó en los temas y en las cuestiones más sentidas por cada región. Se efectuaron recomendaciones, tanto para la elaboración del Documento de Trabajo como para el desarrollo de la Conferencia.
Por otra parte, a principios de Julio, hay una Reunión General de Coordinación en el CELAM -otra vez unos 60 Obispos-, y allí se presenta el trabajo de los Departamentos y Secciones, fruto de sus Reuniones por regiones. Son los “aportes específicos” de los Departamentos y Secciones que, en rigor, reflejan la experiencia de las consultas realizadas.
Al recibir el CELAM los Aportes de las Conferencias Episcopales, los Secretarios Ejecutivos y virtualmente el mismo Equipo de Expertos de la primera etapa, hacen el fichaje temático de todos esos aportes en búsqueda de constantes y variables. Luego colaboran con la Comisión Redactora del Documento de Trabajo, compuesta por el Card. Aloisio Lorscheider, Presidente del CELAM y los mismos cuatro Obispos (uno por región) de la primera etapa, en la redacción del “libro verde”. Finalmente, la Comisión Redactora se reúne con la Directiva del CELAM, hay nuevas modificaciones y se aprueba el Documento de Trabajo, el “libro blanco”, para uso directo de los participantes en la Conferencia de Puebla.
Como es obvio, aunque realizado con espíritu de objetividad y fidelidad a las fuentes, el Documento de Trabajo es una interpretación posible de los aportes. Entonces, asegurando plena objetividad y libertad, se publican en el Libro Auxiliar No. 3 los Aportes de las Conferencias Episcopales, para que los participantes en Puebla tengan a la vista todos los elementos de juicio necesarios. A este libro de los Aportes de las Conferencias Episcopales, le complementan otros que son: uno de estadísticas básicas sobre la realidad latinoamericana, incluso de la Iglesia, Auxiliar No. 1; un libro que reúne las conclusiones y recomendaciones de buena parte de los Encuentros Latinoamericanos auspiciados por los Departamentos y Secciones del CELAM en los últimos 10 años, Auxiliar No. 2. No son, entonces, opiniones de los departamentos, sino de los Encuentros, más amplios, con participación de numerosas instituciones y expertos en muchos campos. Finalmente, también un libro donde los Departamentos y Secciones del CELAM sintetizan su experiencia y perspectivas, según las han acumulado en el último período, Auxiliar No. 4. Con todo esto, se pretende poner un material auxiliar fundamental en manos de la Conferencia de Puebla. Material que desborda de muy lejos toda pretendida clausura episcopal en sí. De hecho, no hay clausura episcopal: no solo todo Obispo se abre en mayor o menor grado a la experiencia y conducción de su Iglesia local, sino que también se les ha proporcionado elementos de juicio provenientes de una inmensa elaboración colectiva, de índole eclesial y de muchos niveles y aspectos.

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