Cercle
et carré (1)
En los últimos años de la
década del 20 y primeros de la siguiente, París se había transformado en un
importante centro de la abstracción geométrica. A la presencia de los ex
integrantes de De Stijl, Mondrian, Van Doesburg y Vantorgeloo se sumaban
otros como Hans Harp, Jacques Lipschitza, Domela, Herbin y Seuphor. También
había un importante grupo de artistas españoles que en ese momento estaba muy
cercanos a la abstracción, y con los que Torres García mantenía un fuerte
vínculo. Renueva su amistad con Julio González, y por intermedio de Pere Daura,
a quien había conocido en el sur de Francia y que le había ayudado a realizar
su primera exposición en París en 1926, conoce a Luis Fernández. Ambos
españoles pertenecían a la masonería, y este último le hará conocer a Torres
García los principios del ocultismo (49) y le acompañará a visitar iglesias
medioevales, explicándole el significado oculto en los motivos escultóricos y
las leyes aritméticas por las que se regía su emplazamiento (50).
Cuando Torres García
presenta su pintura al salón de Otoño de 1928 y es rechazado, él y Jean Hélion deciden
hacer una exposición paralela junto a Pere Daura, Alfred Aberdam y Enge Rozier
-también rechazados- en la Galería Mark, que se inauguró el mismo día que el
salón. Gracias a una hábil campaña publicitaria orquestada por Hélion, la
exposición de los 5 Refusées tuvo un éxito enorme. La prensa le prestó
una gran atención, y entre los miles de personas que la visitan acuden Theo Van
Doesburg y su esposa Nelly (Petro), con quienes Torres traba amistad
rápidamente. Algún tiempo después, visitando Torres García una muestra del
neoplasticista alemán Vordemberge, conoce a Michel Seuphor (51), quien a su vez
le presenta a Mondrian. Torres se integra entonces al grupo que se reunía
asiduamente en el apartamento de Seuphor, junto a Mondrian, Vantongerloo y
Russolo. También asistían a veces Otto van Rees y su esposa, y Hans Arp y su
esposa Sophie Teuber-Arp, y John Xceron.
A diferencia de los
surrealistas, que organizados como un movimiento tenían una galería propia y
una revista, La Révolution Surréaliste, los artistas orientados a la
abstracción -o constructivos- estaban dispersos y muchos de ellos con
dificultades económicas debido a la dificultad que tenían para vender sus obras.
Existía un verdadero enfrentamiento entre ambas tendencias en el cual los
surrealistas tenían las de ganar. La prensa hacía permanente eco de sus
acciones, y también incursionaban en el terreno del cine; para Dalí, el estreno
de Un chien andalou fue como “una puñalada en el corazón de París.
Esa cosa asquerosa que figuradamente es llamada arte asbtracto cayó a nuestros
pies, herida de muerte. (…) Ya no había más lugar en Europa para los
cuadraditos maniáticos del señor Mondrian”. (52).
Notas
(49) Alfonso Palacio
Álvarez, 2001, P. 247.
(50) Pedro Da Cruz indica
que fue Luis Fernández quien le a conocer a Torres García las propiedades de la
Sección Áurea, aunque no aporta documentación que lo respalde. Da Cruz, 1991,
P. 6.
(51) Michel Seuphor, belga,
se llamaba en realidad Fernand Louis Bercklaers. El seudónimo Seuphor es un
anagrama de Orpheus. Como joven poeta Seuphor entró en contacto con los círculos
vanguardistas del norte de Europa, conociendo a artistas de De Stijl, Der
Sturm y el dadaísmo. Escribió la primera monografía sobre Piet Mondrian.
(52) En Da Cruz, 1991, P.
13.
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