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JOSEPH CAMPBELL EL HÉROE DE LAS MIL CARAS (91)


3 / EL RESCATE DEL MUNDO EXTERIOR (4)

Amaterasu es una hermana oriental de la gran Inanna, la suprema diosa de las antiguas tablillas cuneiformes de los templos sumerios, cuyos descendientes hemos seguido al mundo subterráneo. Innna, Isthar, Astarté, Afrodita, Venus; estos fueron los nombres que llevó en los períodos sucesivos de cultura occidental, asociados, no con el sol, sino con el planeta que lleva su nombre y al mismo tiempo con la luna, los cielos y la tierra fructífera. En Egipto se convirtió en la diosa de la Estrella del Perro, Sirio, cuya reaparición anual en el cielo anunciaba el desbordamiento del Nilo que fertiliza la tierra.

Inanna, como hemos visto, descendió de los cielos a la región infernal de su hermana-contrario, la Reina de la Muerte. Ereshkigal. Y dejó instrucciones a Ninshubur, su mensajero, de que la rescatara en caso de que no volviera. Llegó desnuda ante los siete jueces, que pusieron los ojos sobre ella y se convirtió en cadáver, y el cadáver, como hemos visto, fue colgado de una estaca.

Después de que tres noches y tres días habían pasado (15)
Ninshubur el mensajero de Inanna,
El mensajero de palabras propicias,
El mensajero de palabras de apoyo,
Lleno el cielo de lamentos por ella.
Lloró por ella en el templo de reuniones,
Y corrió a buscarle en la casa de los dioses…
Por ella se vistió con un solo ropaje, como un mendigo,
Y solo, dirigió sus pasos a Ekur, la casa de Enlil.

Este es el principio del rescate de la diosa, e ilustra el caso de alguien que conocía tan bien el poder de la zona en que entraba, que tomó la precaución de mantenerse despierta: Ninshubur fue primero a ver al dios Enlil, pero este le dijo que puesto que Inanna había ido de la gran altura a la gran profundidad, debería someterse a los decretos del mundo inferior. Ninshubur fue después el dios Nanna, pero el dios dijo que ya que había ido de la gran altura la gran profundidad debería someterse a los decretos del mundo inferior. Ninshubur fue el dios Enki; y el dios Enki imaginó un plan. (16) Confeccionó dos criaturas sin sexo y les confió el “alimento de la vida” y el “agua de la vida” con instrucciones de ir al mundo inferior y rociar sesenta veces con este alimento y esta agua el cuerpo suspendido de Inanna.

Sobre el cuerpo que colgaba de la estaca dirigieron el poder
de los rayos del fuego.
Sesenta veces rociaron sobre él el alimento de la vida y
sesenta veces el agua de la vida.
Inanna resucitó.

Inanna asciende desde el mundo inferior
El Anunnaki voló
Y todos los que habían descendido pacíficamente al mundo inferior
Cuando Inanna asciende del mundo inferior
Ascienden con ella todos los muertos.

Inanna asciende desde el mundo inferior,
Y los demonios pequeños como carrizos,
Y los demonios grandes como columnas,
Avanzaron a su lado.
El que caminaba delante de ella llevaba un báculo en la mano.
El que caminaba a su lado llevaba un arma en los lomos.
Y aquellos que la precedían,
Los que precedían a Inanna,
Eran seres que no saben del alimento ni del agua
Que no comen harina cernida,
Que no bene vino escanciado,
Que quitan a la mujer del costado del hombre,
Que quitan al niño de pecho de la madre que lo amamanta.

Rodeada por esta multitud horrible de aparecidos, Inanna atravesó la tierra de Sumeria, de ciudad en ciudad. (17)

Estos tres ejemplos de áreas culturales completamente separadas, Cuervo, Amaterasu e Inanna, ilustran suficientemente el rescate del mundo exterior. Muestra en los estadios finales de la aventura la acción continuada de la fuerza de ayuda sobrenatural que asiste al elegido a través del curso de su prueba. Aunque la conciencia del elegido haya sucumbido, el inconsciente le da su equilibrio propio y renace en el mundo del que partió. En vez de aferrarse a su ego y salvarlo, como en el caso de la huida mágica, lo pierde, pero le es devuelto por medio de la gracia.

Esto nos trae a la crisis final de todo, ante lo cual la excursión milagrosa no ha sido sino un preludio, la crisis de la suprema y paradójica dificultad del cruce del umbral al regreso del héroe del reino místico a la tierra de la vida diaria. Ya sea rescatado desde el mundo exterior e impulsado por el mundo inferior, o dirigido gentilmente por las divinidades guías, el elegido tiene que volver a entrar con su don a la hace tiempo olvidada atmósfera de los hombres que son fracciones e imaginan ser completos. Todavía debe enfrentarse a la sociedad con su elixir que destroza el ego y redime la vida y soportar el golpe de respuesta de las dudas razonables con los duros resentimientos y de la incapacidad de las buenas gentes para comprender.

Notas

(15) Comparar con el Credo cristiano: “Descendió a los infiernos, y al tercer día resucitó de entre los muertos…”
(16) Enlil era el dios del aire de los sumerios, Nanna el dios de la luna, Enki el dios del agua y el dios de la sabiduría. En el momento de la composición de este documento (3er. Milenio a. c.) Enlil era la divinidad principal del panteón sumerio. Se encolerizaba fácilmente. Él fue quien envió el Diluvio. Nanna era uno de sus hijos. En los mitos el benigno dios Enki aparece en forma típica en el papel de auxiliador. Él es el patrón y consejero tanto de Gilgamesh como del héroe del diluvio, Atarhasis-Utnapishtim-Noé. El motivo de Enki contra Enlil es presentado en la mitología clásica en la oposición de Poseidón y Zeus (Neptuno contra Jove).
(17) Kramer, op. cit., pp. 87, 95. La conclusión del poema, de este valioso documento de las fuentes de los mitos y símbolos de nuestra civilización se ha perdido para siempre.

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