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/ EL RESCATE DEL MUNDO EXTERIOR (4)
Amaterasu
es una hermana oriental de la gran Inanna, la suprema diosa de las antiguas
tablillas cuneiformes de los templos sumerios, cuyos descendientes hemos seguido
al mundo subterráneo. Innna, Isthar, Astarté, Afrodita, Venus; estos fueron los
nombres que llevó en los períodos sucesivos de cultura occidental, asociados,
no con el sol, sino con el planeta que lleva su nombre y al mismo tiempo con la
luna, los cielos y la tierra fructífera. En Egipto se convirtió en la diosa de
la Estrella del Perro, Sirio, cuya reaparición anual en el cielo anunciaba el
desbordamiento del Nilo que fertiliza la tierra.
Inanna,
como hemos visto, descendió de los cielos a la región infernal de su
hermana-contrario, la Reina de la Muerte. Ereshkigal. Y dejó instrucciones a
Ninshubur, su mensajero, de que la rescatara en caso de que no volviera. Llegó
desnuda ante los siete jueces, que pusieron los ojos sobre ella y se convirtió
en cadáver, y el cadáver, como hemos visto, fue colgado de una estaca.
Después
de que tres noches y tres días habían pasado (15)
Ninshubur
el mensajero de Inanna,
El
mensajero de palabras propicias,
El
mensajero de palabras de apoyo,
Lleno
el cielo de lamentos por ella.
Lloró
por ella en el templo de reuniones,
Y
corrió a buscarle en la casa de los dioses…
Por
ella se vistió con un solo ropaje, como un mendigo,
Y
solo, dirigió sus pasos a Ekur, la casa de Enlil.
Este
es el principio del rescate de la diosa, e ilustra el caso de alguien que
conocía tan bien el poder de la zona en que entraba, que tomó la precaución de
mantenerse despierta: Ninshubur fue primero a ver al dios Enlil, pero este le
dijo que puesto que Inanna había ido de la gran altura a la gran profundidad,
debería someterse a los decretos del mundo inferior. Ninshubur fue después el dios
Nanna, pero el dios dijo que ya que había ido de la gran altura la gran
profundidad debería someterse a los decretos del mundo inferior. Ninshubur fue
el dios Enki; y el dios Enki imaginó un plan. (16) Confeccionó dos criaturas
sin sexo y les confió el “alimento de la vida” y el “agua de la vida” con
instrucciones de ir al mundo inferior y rociar sesenta veces con este alimento
y esta agua el cuerpo suspendido de Inanna.
Sobre
el cuerpo que colgaba de la estaca dirigieron el poder
de
los rayos del fuego.
Sesenta
veces rociaron sobre él el alimento de la vida y
sesenta
veces el agua de la vida.
Inanna
resucitó.
Inanna
asciende desde el mundo inferior
El
Anunnaki voló
Y
todos los que habían descendido pacíficamente al mundo inferior
Cuando
Inanna asciende del mundo inferior
Ascienden
con ella todos los muertos.
Inanna
asciende desde el mundo inferior,
Y
los demonios pequeños como carrizos,
Y
los demonios grandes como columnas,
Avanzaron
a su lado.
El
que caminaba delante de ella llevaba un báculo en la mano.
El
que caminaba a su lado llevaba un arma en los lomos.
Y
aquellos que la precedían,
Los
que precedían a Inanna,
Eran
seres que no saben del alimento ni del agua
Que
no comen harina cernida,
Que
no bene vino escanciado,
Que
quitan a la mujer del costado del hombre,
Que
quitan al niño de pecho de la madre que lo amamanta.
Rodeada
por esta multitud horrible de aparecidos, Inanna atravesó la tierra de Sumeria,
de ciudad en ciudad. (17)
Estos
tres ejemplos de áreas culturales completamente separadas, Cuervo, Amaterasu e
Inanna, ilustran suficientemente el rescate del mundo exterior. Muestra en los
estadios finales de la aventura la acción continuada de la fuerza de ayuda
sobrenatural que asiste al elegido a través del curso de su prueba. Aunque la
conciencia del elegido haya sucumbido, el inconsciente le da su equilibrio propio
y renace en el mundo del que partió. En vez de aferrarse a su ego y salvarlo,
como en el caso de la huida mágica, lo pierde, pero le es devuelto por medio de
la gracia.
Esto
nos trae a la crisis final de todo, ante lo cual la excursión milagrosa no ha
sido sino un preludio, la crisis de la suprema y paradójica dificultad del
cruce del umbral al regreso del héroe del reino místico a la tierra de la vida
diaria. Ya sea rescatado desde el mundo exterior e impulsado por el mundo
inferior, o dirigido gentilmente por las divinidades guías, el elegido tiene
que volver a entrar con su don a la hace tiempo olvidada atmósfera de los
hombres que son fracciones e imaginan ser completos. Todavía debe enfrentarse a
la sociedad con su elixir que destroza el ego y redime la vida y soportar el
golpe de respuesta de las dudas razonables con los duros resentimientos y de la
incapacidad de las buenas gentes para comprender.
Notas
(15)
Comparar con el Credo cristiano: “Descendió a los infiernos, y al tercer día
resucitó de entre los muertos…”
(16)
Enlil era el dios del aire de los sumerios, Nanna el dios de la luna, Enki el
dios del agua y el dios de la sabiduría. En el momento de la composición de
este documento (3er. Milenio a. c.) Enlil era la divinidad principal del panteón
sumerio. Se encolerizaba fácilmente. Él fue quien envió el Diluvio. Nanna era
uno de sus hijos. En los mitos el benigno dios Enki aparece en forma típica en
el papel de auxiliador. Él es el patrón y consejero tanto de Gilgamesh como del
héroe del diluvio, Atarhasis-Utnapishtim-Noé. El motivo de Enki contra Enlil es
presentado en la mitología clásica en la oposición de Poseidón y Zeus (Neptuno
contra Jove).
(17) Kramer, op. cit.,
pp. 87, 95. La conclusión del poema, de
este valioso documento de las fuentes de los mitos y símbolos de nuestra
civilización se ha perdido para siempre.
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