3. Estética, ética y mística: el punto de vista social y cultural
La gran Tradición, la tendencia abstracta y simbólica se mantuvo hasta el
siglo XIV, hasta que fue superada por una forma de representar, el “clasicismo
naturalista” que de Caravaggio (1569-1609) y su época, de la cual según Torres
surgen la tercera dimensión, la luz, el reflejo, la sombra, es decir, el
claro-oscuro, temas que llegan a predominar hasta el Impresionismo. En este
tópico, podemos distinguir dos tipos de argumentos relacionados, uno planteado
desde un punto de vista social, cultural y económico, y otro, que se basa en
una interpretación antropológica y genética del diseño gráfico. (Torres, 1952:
Lección I a V).
3.1. El argumento histórico social, cultural y económico
Según Torres, con el interés por la imitación, el arte deja de ser parte de
la Vida y pasa a ser el espejo de la Naturaleza, a través del color local y la
anécdota, y coincide además, con el momento cultural en que el Gran Arte se
separa de las artes menores o aplicadas. Torres relaciona a la construcción de
un punto de vista, la ilusión de la perspectiva del Renacimiento, con el
individualismo, la vanidad, el lujo y la mentira social. En otras épocas, la
pirámide, el templo y el más humilde objeto, el vaso, mueble, eran considerados
por igual; “el cuadro ya no sirve, es adorno suntuario”. (Torres, 1944;236 y
Torres, 1952: Lección I y II).
Por esto critica la ciencia positiva, el materialismo práctico y filosófico
a favor de una elevada religiosidad y belleza, en un mundo cuyo humanismo “bárbaro”,
se destaca por su egoísmo e individualismo. Así, debemos crear nosotros mismos
sin el auxilio de lo aprendido, y afirma: “Detesto la escuela, la universidad y
la Academia de Bellas Artes, el que está dotado para una actividad del espíritu
no necesita de ellas”; el iniciado debe elegir entre comercio o espíritu
(Torres, 1944:51-53, 64, 635 y 670). El concepto moral y religioso para Torres
se basa en la realización del Hombre Universal”, que hay en nosotros, porque
considera que primero está la evolución personal, de los individuos que se
basan en la Razón” para liberarse (de manera laica), de los “dogmas religiosos”
y la “moral establecida”, de los límites históricos y personales, para reconocer
la verdad del Universal. Agrega que, si la clase de los oprimidos se basara en
las Leyes Universales podría descubrir un “Mundo Nuevo”. (Torres, 1944:584-598
y 965 y 1947: fasc., 1, 26-28).
El Humanismo y el Clasicismo Universal (y humilde) que propone Torres se
basa en que “el tiempo del genio ha pasado” y que, de modo diferente “hay que
ser primitivo en el siglo XX” para superar el humanismo del individualismo egoísta.
Este arte se basa en la vida contemporánea (5), realizando una obra pequeña y
modesta, para “que no haya más genios sobre la tierra”, ya que las diversas
disciplinas que “nos forman no nos dejan pensar”, sino imitar y por esta razón
es necesario “dejar los moldes: lo humano, lo clásico y lo romántico”. (Torres,
1944:59-61, 69 y 87-90). Se trata de un Humanismo Universal que caracteriza el
arte universal que se expresa a través de los diferentes modos de expresión de
las artes: arquitectura, música, poesía, plástica, etc., artes cuyo “origen se
pierde en la estructura del universo”. (Torres, 1944:62-63).
En este sentido la Doctrina Constructivista de Torres entiende los
conceptos de tradición, de verdad y de clásico en referencia a lo Universal arquetípico
y como opuesto a la “caja de Pandora” de un “pluralismo amorfo” como por
ejemplo el que cultivan los “ángeles caídos” del romanticismo. Aunque, reconoce
que la oposición clásico / romántico es una oposición legítima, el constructivismo
los supera y se atiene a la Unidad abstracta; en la justicia, la verdad, la
libertad y la armonía. (Torres, 1944:619-621 y 924).
Debemos crear por nosotros mismos sin la ayuda de lo aprendido, es una convicción
que le permite afirmar que el verdadero arte universal es el arte popular
porque “permite encontrar el camino de la paz y de la justicia” para evitar los
nacionalismos particularistas. (Torres, 1944: Lecc. 40).
El pensamiento en su desarrollo en el tiempo se ha aplicado al orden físico
y positivo, el hombre moderno se propone una “nueva estructura social” que deje
atrás a la actual ya caduca (en 1934), y en este sentido destaca, el hombre activo
racional, el hombre intuitivo y el amorfo. Si bien los individuos en la vida real,
interactúan en un plano local y en uno internacional, el hombree intuitivo, el
artista debe buscar “el divino acorde que realiza la suprema unidad en el
número”, en el plano Universal. (Torres, 1944, 48-50 y 249).
Por esta razón no considera que haya un progreso material, porque siempre
rigen a las cosas, las mismas leyes y lo aparentemente nuevo resulta de nuevas
combinaciones de elementos ya conocidos, no hay nada nuevo, sino “una mayor
suma de aspectos”, y una “mayor conciencia en círculo”, así por “la práctica de
la sinceridad, se opera en nosotros un cambio de conciencia que (lo digo sin
vacilar) abre las puertas de la sabiduría” y la verdad. Esta convicción explica
su interés por divulgar el arte constructivo, ya que, según él, el público
acepta los adelantos técnicos y el progreso material, “excepto en el arte”.
(Torres, 1944:313-317 y 337).
Notas
(5) Ser primitivo en el siglo XX, para Torres tiene que ver con “buscar
otro equilibrio” y con expresar: “el objeto industrial, los luminosos, los
tranvías, boletos, utensilios, herramientas y otras cosas que el hombre ha
creado como prolongación de sí mismo”. (Torres, 1944:89-90).
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