lunes

FRANCISCO "PACO" ESPÍNOLA - DON JUAN, EL ZORRO (14)


ARTURO SERGIO VISCA: PRÓLOGO (3)

HISTORIA DE UNA NOVELA EXCEPCIONAL


ORQUESTACIÓN FINAL (8)


Las cuatro situaciones que se ha intentado visualizar, utilizando, en lo posible, anotaciones manuscritas del autor, dan una idea -según creo- de la amplitud cuidadosamente detallada con que el autor proyectaba elaborar las escenas de la vida de los matreros en el monte. La lectura de los dos fragmentos recogidos en los Apéndices I y II, La tormenta y Noche en el monte respectivamente, completará esa idea, porque uno y otro ofrecen con cabal realización dos situaciones que integran la serie de las indicadas escenas. Ellas, sin duda, habrían sido realizadas, si hubieran sido escritas, con la misma sabia morosidad con que fueron elaborados los dos fragmentos mencionados. La batalla que constituiría el episodio final estaba, asimismo, concebida como un amplio mural en el que quedarían grabadas una muy extensa serie de situaciones. También son muy precisos mis recuerdos al respecto. Pero, desgraciadamente, los apuntes rescatados en relación con la batalla son muy escasos. Ellos, sin embargo, permiten imaginar cómo sería realizado este episodio final. Esos apuntes son los siguientes:

-“Las fuerzas policiales traen bandera. (Entonces, ninguna mención, en absoluto, al Chancho loco (personaje que usaba un poncho con los colores de la bandera nacional). Pero sugerirlo, repitiendo textualmente, y con variaciones, que se hizo cuando él salió de la pulpería”.

-“Al Aperiá (hermano del muerto, el coimero de La flor de un día) se le pone al lado el Venado. -Si me permite… Quisiera pelear al lado suyo. -¡Cómo no! Me gusta eso, mi amigo. (Ha desertado cuando se enfrentaron las fuerzas)”.

-“El Avestruz oye una voz de mando y la obedece creyéndola partir de sus superiores. Pero viene del campo opuesto. Se ha calentado y han desaparecido ya sus vacilaciones”.

-“Primera mención del Teru-tero. El Teru-tero se ha quedado retirado del combate. El Zorrino lo ve y tiene ganas de llevarle la carga. Pero después lo pierde al atender a su gente”.

-“2ª mención al Teru-tero. Durante el combate singular entre Don Juan y el Comisario: El Teru-tero se va acercando. El Zorrino no lo advierte (jugar con eso). Cuando lo ve, saca las boleadoras. Eso determina que se reinicie el combate general”.

-“El soldado Avestruz se quiere hacer matar. (Ajustar una de los cuentos del Cimarrón a la acción del Avestruz sin decir nada al respecto. DEBE SER ESTA ÚLTIMA suscitación de los muertos.)”

-El Zorrino hace una hazaña inaudita. ¡Pero nadie, ni Don Juan, lo ve!!

-“La Mulita tiene un anillo con piedras. Cuando la encuentra moribunda don Juan, tiene el dedo cortado. Cuando don Juan mata al Tigre, le va a sacar el anillo y vacila. Y saca el cuchillo y le corta el dedo (El anillo está en el meñique porque es pequeño.)”

-“El Avestruz es el abanderado”.

-“El Jefe Político ha ordenado una leva general”.

-“El Recluta le larga un mandoble al Tamanduá y, al errar, se le va encimay tiene que afirmarse en él, descabalgando y arrastrando el suelo al otro consigo. La pelea es a patadas, puñetazos, mordiscos. El otro lo agarra de una oreja: -¡Largame la oreja, hijo de mil putas!”

-“Le rompen un zurcido al Gato Montés.”

-“Los lanceros, el Carancho y el Chimango, atraviesan la línea. Un sablazo le parte en dos el poncho al Carancho. Ciegos de furor épico, llegan recién a detenerse como a 300 metros, en una colina. El Carancho lleva ensartado un quepís. (Comparación con el juego de sortijas.) Se rehacen y emprenden otra carga, ahora por detrás. El Montés está apreciándolo todo. Y hace alguna maniobra teniendo en cuenta la situación que la nueva carga la situación que la nueva carga va a crear al enemigo.”

-“El Recluta: -Haciéndome pasar vergüenza delante de la gente. La primera separación.”

-“Final de don Juan:

….Y entonces no tuvieron a quien preguntar.”

-“El Carancho en el suelo, herido; -¡Pucha, don Juan! Si a la derecha tuviera unos cuantos lanceros.”

Este conjunto de anotaciones, que servirían de apoyo para componer el episodio de la batalla final, hacen ostensiblemente, elocuentemente, y como ya queda dicho, que el mismo tendría un desarrollo muy extenso y lleno de movilidad. La escena sería dada desde distintas perspectivas y poniendo en movimiento a la mayoría de los personajes de la novela. A quien la haya ya leído y tenga, en consecuencia, una nítida vivencia de los procedimientos de composición utilizados en la misma, le será intuir el vasto friso que el autor hubiera compuesto aglutinando las variadas situaciones que las quince anotaciones transcriptas insinúan. En relación con ellas, sólo interesa subrayar que hay una -la que se refiere al anillo de la Mulita- que hace evidente otro episodio proyectado y no realizado: el del encuentro de la Mulita y don Juan cuando la primera está moribunda. Quizás este fuera el primero y único encuentro personal de don Juan con la Mulita en el plan definitivo de la novela. Recuérse lo indicado con respecto a la exclamación de don Juan (-“Pobre Mulita”! ¡Qué va a ser de ella, tan sola!... ¡Y yo sin haberla podido conocer personalmente, todavía!”) que figura al final del capítulo VII, La pulpería.

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