domingo

CONFIESO QUE HE MORIDO (16) - HUGO GIOVANETTI VIOLA



ISABELINO PENA detective de almas 3 / 4

primera edición WEB

DOS: LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS (2)
(el corralito secreto de los nuevos mafiosos)

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Isabelino Pena y Pablo Ventura se sentaron en la oficina del dueño de Casamar y aceptaron un café.

-Los mandé llamar porque me interesaron mucho las declaraciones que hicieron para La farándula -se pone colorado enseguida el hombre con fuselaje de tiburón. -Despelotes aparte. Me di cuenta que no conozco bien el tema de mi propia película y aunque es un poco tarde puedo mejorar algo.

-Tarde para qué.

-Hay un guión, un director y un cast contratados. Y el setenta por ciento de la guita la ponen los porteños. Pero no creo que a nadie le moleste mejorar el mito Jesús.

-Le moleste en qué sentido -empezó a masticar un jazmín del país el viejito.

-En el sentido de una globalización progresista -se le aturquesa el hielo al empresario uniformado con pilchas de pituco. ¿Qué les pareció Jesús de Montreal?

-No la vimos -no paraba de escrutar la videtoteca Pablo. -Pero esa una historia inventada.

-Sí. Y además ustedes tienen cara de católicos.

-Y eso qué significaría -ofreció un verdor fluvial el detective.

-Nada grave. ¿Leonardo era católico?

-Por supuesto -me saca un jazmín del bolsillo y se pone a hacerlo girar como un chiche el botija. -Nunca vi tantos videos de presidentes juntos.

-Maquiavelo estudiaba a los mandamases y entendió casi todo -se puso a revisar una agenda el Sultán. -Lo que quería concretamente era invitarlos a ver los ensayos del rodaje, por lo menos. Y después seguiríamos hablando.

-¿Y el director nos va a dejar ver los ensayos?

Entonces el multimillonario disidente forrado en el exilio con transas pro-soviéticas levanta nada más que los ojos:

-Eso es problema mío. ¿Aceptan o no aceptan?

-Perdón, señor -se asomó la secretaria que les había traído el café. -Llegó la gente de Verano desnudo.

Y después de pararnos el querube cabecea con resignación y no tengo más remedio que tragarme la blancura doliente y decir que aceptamos.


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Isabelino Pena y Pablo Ventura encontraron a la productora de Verano desnudo muy cruzada de piernas en el anfiteatro.

-Somos los indeseables, Negro Jefe -juno enseguida la crispación recauchutada de la cineasta que traicionó a Leonardo. -Tranquilo, apóstol.

-Cuando tengas merza en la oficina avísame que duermo un rato más -rezongó Federica Finkbein. -Esto es muy fuerte, talibán de mi alma.

-Vos ya no tenés alma ni en los huesos -se le hincha conmovedoramente el tercer ojo a Pablo.

-Haya paz -apagó las luces el Sultán y puso un video que se proyectó en la pantalla gigante. -Aquí tenés la primicia.

El póster promocional es un collage con un gran Cristo de Dalí enclavado sobre una panorámica nocturna de la península.

-Alucinante -prendió un porro Federica. -Los porteños se mueren con esto.

-Ta bueno -me codea el querube. -Por lo menos aquí no le ponen telones al kerigma. El problema es la película.
-Pero cállate, guacho -se paró de un salto la productora. -Ya empezás a largar bolazos como en La farándula. El problema es que vos te creés que sos el hijo del divino y sos hijo de una yegua, nomás. Y el divino sería un esquizo delirante pero te enamoraba con clase. Igual que el de la Biblia.

-Apártate de mí, Satanás -empiezo a retirarme de espaldas y el Bin Laden se mata de la risa mientras Pablo se borra por el otro pasillo.

-Chau -gritó Federica. -Saludos a la yegua.


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Isabelino Pena hizo pasar a Gabi al chalé-casilla de la ex-Plaza del recreo y le rozó las trencitas.

-Qué pasa.

-La Shirley me llamó desde Montevideo para pedirme que nos encontráramos aquí. Primero iba a pasar por el Six a recoger algunas cosas. Parece que se metió de cayetano en la clínica de la Fundación y descubrió que el que prepara a los gurises es Renzo.

En la tele está puesto Gran boludo sin volumen y hay un concurso de muchachas-muñecas que después que se desnudan casi totalmente amenazan con manosearle la entrepierna a Cardetti.

-Y cómo los preparan -se puso blanco Pablo.

-Con correas. Los crían atándoles las piernas o los brazos. Esto termina mal. Es muy difícil que Renzo no se entere de que la Shirley le dio la captura. A ver: subí el volumen.

En ese momento el Bambino se traslada a un mini-ring y anuncia:

-Hubo tantos pedidos que decidimos presentarles un adelanto de la bomba del año aquí en Mar del Plata. Este show-match es único y se llama Gladiators VIP. Ma qué la ONU, boludo. Hoy van a ver un round de valetutti peleado por los monstruos más famosos del mundo.

-Mater Deus -se sentó agarrándose las rodillas el viejo.

Dos gurises minusválidos con caretas de Bush y de Bin Laden se meten en el ring dando saltitos y fingen reventarse mientras la cámara va y viene entre las muecas de Cardetti y los porrazos enloquecidamente festejados por la platea.

-Demasiado olor a podrido -volvió a abrazarse a sí misma igual que en el barco la modelo-pantera. -Voy a llamar al Six.

Entonces el querube se sienta en el suelo con las piernas cruzadas y baja la cabeza.


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Isabelino tragó un sorbo de Santa Teresa larguísimamente retenido bajo la lengua y casi gritó:

-¿Y?

-Todo mal -se le forma un collar de sudor a Gabi. -Shirley llegó a las ocho pero salieron enseguida con Renzo en la camioneta.

-Con quién hablaste.

-Con una secretaria de Piculín. Piculín está en Buenos Aires.

-Justo hoy -le agarró un Nevada Pablo a la modelo-pantera. -Qué casualidad. ¿No estará en Mar del Plata?

-No te hagás el detective que parecés Daniel el Travieso -nos hace saltar desde la cocina Mariana y me di cuenta que ni siquiera escuchamos llegar la bicimoto.

Isabelino Pena saludó con una mueca a la mujer de pelo encabritado y aura muy humosa y se agachó frente a Gabi:

-¿Tenés idea de dónde pueden estar?

-Bingo: en el colchón de agua donde Renzo se come a Piculín -se sirve vino sin poder disimular un temblequeo Mariana. -En Haras de la Barra. La primera pasando el puente. Dos cuadras para adentro.

Entonces el botija aplastó el cigarrillo y le tiró de la camiseta al viejo.

-Suave que es la que usó Saúl Rivero cuando el vicecampeonato -saco un jazmín y en el momento de extendérselo a Gabi me viene un sacudón y termina pegoteándosele en el escote pero nadie se ríe. -A laburar, querube.

-Adónde van -se le ahuesó una especie de horror resignado a la ex-prostituta.

-A la Barra -me señalo el chichón. -Y en tu bicimoto, Darling. Por la cortada del Jagüel llegamos en quince minutos. ¿No me das un besito para la suerte?

Mariana sopló un humo azulísimo sobre el jopo estilo Schiaffino del detective y retrucó:

-Mirá que no se salvan de garparme la nafta.

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