ISABELINO PENA detective de almas 3 / 4
primera
edición WEB
DOS: LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS
(2)
(el corralito secreto de los nuevos
mafiosos)
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Isabelino Pena sugirió
retocándose la estrella floral del panamá:
-Mejor que los esbirros
no nos vean.
Perales sale corriendo
hasta el borde de la piscina donde el Bambino atiende a la prensa.
-Aguantá -pidió Pablo.
-Quiero saber si salta algo nuevo de la película.
-Sí. Estamos preparando
una verdadera bomba para Gran boludo -cabecea
el ex-periodista deportivo transformado en megashowman. -Pero lo más seguro es
que lo larguermos después de Semana Santa.
-¿Y qué opinás de la
interna peronista? -desconcertó a todo el mundo el Chancho Cluzeau, con los
sobacos anubarrados por lamparones que parecían de aceite.
Cardetti ni siquiera
contesta y el ex-Jefe de Redacción entrenado para escandalizar machaca:
-¿Ya no te subsidia
Menem?
Durante unos segundos
quedó sonando nada más que la fuente de la piscina, hasta que el productor se
apantalló la risa para gritarle a un chef imaginario:
-Te olvidaste de ponerle
la manzana en la trompa a este lechón, Carlitos.
Y hay una carcajada
general tan compacta que apenas se oye la explosión de la botella que parte el hombre-bicho
contra el murete:
-Ahora vas a entender lo
que es tomarle el pelo a un yorugua, cagón.
-Ojo. Está loco en serio
-se llevó del brazo el detective a Pablo mientras los escoltas del Bambino se
ganaban el sueldo y algunas suturas provocadas por la panza sangrante de un Don
Pascual.
-Habitación 202 -suda
todavía pálido el botija en el ascensor. -La cosa es que esté sola.
Pero antes de golpear
escucharon el jadeo caligulesco de Barletta:
-Es cuando yo quiero, yegua. Eentendé de una vez.
O vas a terminar colgando al lado de tus pilchas.
Y enseguida que nos
escondemos en el pasillo pega un portazo y baja.
-Calma y fe -ordenó el
viejo tanteándose el chichón. -Porque somos muy pocos.
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Isabelino Pena anunció:
-Room-Service de Los redentores de Liverpool,
mademoiselle.
Shirley demora mucho en
pedir que pasemos: nos recibe envuelta en un toallón y uno siente que Barletta
acaba de violar el paraíso.
-Qué precisás, mujer -le
agarro una rodilla el viejo.
Y ahora mira a Pablo como
si fuera su Hijo:
-El chiquilín que
apareció en la Mansa es de la Gabi. Se lo vendió a un brasuca enseguida que
abrieron la casa de masajes. Lo supimos por la estrellita roja.
-¿Y no podría ser otro
con el mismo tipo de marca?
-Imposible. A la Gabi hoy
la encuentran en el crucero. Pero miren que todo esto es peligrosísimo. Todavía
no sé muy bien por qué los llamé, además.
-Nos llamaste porque
creés en las órdenes del Espíritu Santo -se sacó el jazmín de la solapa
Isabelino Pena.
-Yo creo en todo.
-Tomá: guardá esta flor.
Y si te toca pasar a la otra dimensión cometelá. ¿Entendido?
-Ta. Ahora piquenselás.
Y al bajar encontramos a
Piculín mariposeando en la piscina y lo encaro sin saludo previo:
-Aceptamos el contrato en
el show del crucero. Pero nos tendrías que alcanzar hasta el puerto, man.
El empresario se miró el
reloj con menos fastidio que diversión:
-Estamos organizando la megafiesta de la temporada. ¿Me dan
cinco minutos?
-Dale -sonríe el querube.
-Te esperamos afuera. ¿Cuánto tiempo le calculás a la actuación?
-Media horita.
Isabelino Pena señaló el
manchón sobreviviente al desparramo armado por el Chancho y gruñó:
-Bienaventurados los
escándalos que no ensucian la tierra.
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Isabelino Pena explicó:
-Nos contrataron para
actuar en el kinder. Fue divertidísimo.
Los ojazos de la muchacha
color té espejan humosamente el lucerío de la península:
-Yo acabo de llamar a la
Shirley para contarle que estuve en la morgue.
-Y qué se investigó.
-Nada. Me dan tanto asco
que ni siquiera les conté que yo no lo parí deforme. Se ve que lo prepararon.
-Para qué.
-Para vendérselo a la
Fundación, por ejemplo. La Fundación precisa guachos de todo tipo.
Gabi escrutó el salón
casi desierto del barco y agregó:
-No se metan con estas
bestias. Nadie puede hacer nada. Acá hay prostitución de guachos y venta de
órganos hace mucho. Y a nadie le interesa.
-¿Y Piculín está metido
en la Fundación?
-Piculín está metido con
Renzo.
-Y Renzo con la Shirley.
-A la Shirley la adora
todo el mundo. Es Gardel.
Entonces veo venir la
lanchita y le froto la espalda a Pablo:
-Tendríamos que arrancar,
querube.
La opulenta modelo-acompañante
de pelo rasta y mirada amarilla viajó con ellos en el ascensor y al llegar al
embarque se abrazó a sí misma y sonrió.
-Y cuánto les pagó este
hijo de puta por actuar en el kinder.
-Cincuenta dólares.
Gabi vuelve a espejar los
collares titilantes del balneario-paraíso y murmura:
-Lo peor es que al gurí
mío parece que lo hubieran usado de carnada en la pesca mayor. Está hecho
pomadita.
20
Isabelino Pena estornudó
treintaidós veces frente al televisor. La megafiesta organizada por Piculín
Romay a beneficio de la Fundación Gladiators se basa en una cena servida por
más de cien famosos disfrazados con un delantalito.
-Uau. Cien dólares el
ticket -bostezó lacrimosamente Mariana. -Vas a terminar reventando de la alergia,
don Coso. Y mirá la fallutería de Cardetti, el Bin Laden y el Pingüino. Esos ya
ni se tragan.
Entonces la conductora de
Verano desnudo esperó el final de un
paneo celestísimo y entrevistó a Renzo Barletta.
-Esta no es la piscina del
Six Stars -se le descontrola la
jeta-tripa al mulato. -Este es el baño de la resurrección con el que le
contestamos al crimen de la Mansa. Y aquí está la delegación de karatekas
formados en el cante que traemos todas las semanas a la península para probar
que el odio no pasará.
Pablo se sirvió vino:
-¿Sabés que me da
vergüenza odiar tanto a esta basura?
-No te preocupes que
ahora desfila Shirley y se te va todo. Ves
tu alma y te curás.
-Eso quiere decir que no
sigas soñando con cojértela -echa mucho humo Mariana.
-Lo que no puedo creer es
que mi alma pueda ser tan divina y estar tan jodida al mismo tiempo -ignoró
Pablo a la madre.
-Esa es la cruz, botija.
-Y tampoco puedo creer
así nomás que la vida sea la cruz. Aunque Leonardo siempre decía que la vida es
la cruz y la resurrección.
-Tal cual. Pero el Peteco
de Punta del Este no resucitó un pomo -chista y bosteza la mujer con las
facciones muy acalaveradas.
-Por la felicidad -brindó
el detective, manso.
-Okey. Yo me voy a soñar
con el infierno mientras ustedes payan y la farándula disfruta, muchachos.
-Por qué no te morís
-sonríe Pablo.
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