domingo

CONFIESO QUE HE MORIDO (13) - HUGO GIOVANETTI VIOLA



primera edición WEB

DOS: LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS (2)
(el corralito secreto de los nuevos mafiosos)

9

Isabelino Pena se puso un jazmín del país en la solapa del traje blanco y otro en la cinta del panamá. Pablo consiguió acreditaciones para entrar a Casamar a través de Perales, un productor free-lance siniestramente amedusado que finge no reconocerme.

-Recién llegó la actriz que va a hacer el papel de tu madre y casi me meo -manoteó un whisky y un canapé de salsa golf el gordo. -Le calculan un presupuesto de diez palos a la peliculeja. Para ser uruguaya, bate todos los récords.

-Peliculeja sí. Pero uruguaya no -hace fondo blanco con un farolazo Pablo.

-¿Y sabías que en lugar tuyo le encajaron una hijastra a Jesús de Punta del Este? Es la bombita de Córdoba que baila cumbias en Gran boludo.

-Gran boludo: la basura marplatense que vimos anoche -agarró otros dos whiskys el muchacho y le alcanzó uno al detective. -Salud. Por la glorificación jolivudesca del Bambino Cardetti, el Sultán y todos los mercaderes que crucificaron a mi verdadero padre y ahora quieren hacer guita groncha y progresista con él.

-No tomes más, querube.

Y cuando sostengo el vaso con la izquierda para servirme un canapé me electrocuta un sacudón tan brutal que la derecha queda hecha un puño lleno de salsa golf.

-Guarda. Ahí cayó el Bambino -les avisó Perales mientras la gente retrocedía contra las paredes como si hubiese entrado un rey y el productor-payaso empezaba a darle la mano a casa uno de los periodistas.

A la mierda corretaje, pienso tratando de desenchastrarme chanchamente los dedos adentro del bolsillo aunque sin soltar la copa.

-Qué gángster democrático. Pero a mí no me toca un pelo -se escondió Pablo atrás de una escultura mientras el hombre-niño muy alto y de look futbolero se les acercaba dejándose adorar.

Y cuando me llega el turno no tengo más remedio que pegotearle la mano con los restos del saladito y él larga la carcajada porque es la misma clase de joda que usan los esbirros periodísticos de Gran boludo para humillar a la gente en la calle. Pero después Cardetti abrazó a Isabelino Pena y murmuró dejándole las huellas digitales anaranjadas en la espalda:

-La próxima sos boleta, bosquimano.


10

Isabelino Pena y Pablo Ventura se sentaron en la primera fila del anfiteatro que rodeaba a las conferencistas. Los productores asociados son Bin Laden y el Bambino, y el director y los actores parecen tener menos importancia que los cuidaculos de los mandamases.

-Una última pregunta -intervino de golpe el muchacho uniformado con la camiseta negriazul. -¿Qué asesoramiento tuvo el guionista?

-Eso es problema nuestro -lo cancherea el director.

-No. Es un problema nuestro. Porque yo soy el hijo espiritual de Leonardo Regusci y todos los que vivimos esta historia queremos saber cómo vamos a quedar escrachados y sobre todo si van a contar la verdad de la cosa. La verdad santa y la verdad satánica.

Entonces el Bambino relojeó crispadamente a su co-productor y el dueño de Casamar se puso color malvón. Parece joda, pero el ya agazapado guardaespaldas principal del Bin Laden es igualito a George W. Bush.

-Lo santo empieza con el trabajo de la Banda del Pez que formó y dirigió mi verdadero padre -saltó pablo a la tarima. -¿Quién puede sustituirla en la peliculeja? Y lo satánico es una tramoya armada entre la productora de Verano desnudo y un periodista de La farándula que hoy se animó a venir y todo: el Chancho Cluzeau.

Y cuando Bush se arrima para sacarlo de la zona de cámaras me toca hacer relampaguear el 32 con jetucha de Bogart:


-El que toque al querube es boleta.

Los cameramen y los fotógrafos estaban entusiasmadísimos, pero el show terrorista fue desmontado en segundos por una patota de agentes de seguridad y chupamedias de los mandamases.

-Las armas del Gran Tiempo no llevan balas, esbirros cagones -aullo mientras nos cargan como nenes chicos hasta un patrullero. -Jesús usaba PAX-LUX y no misiles, chupatroncos de Whitman.

Y un solo cachiporrazo que le aplastó el jazmín del panamá bastó para callar a Isabelino Pena.


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Isabelino Pena sonrió todavía dormido:

-Esta vez me mataron antes de tiempo, Abel. Pero así es la vida: tal como es la vida. No fallar. No quejarse. Y estarse amando al Amado. Los que vivimos con Él y en Él vimos las raíces de los árboles antes que las desenterraran. Y lo demás me las pelan. Manga de homúnculos con cielorraso triste.

-No te mataron, viejo -resopla el Pato en la otra cama. -Fue un palazo, nomás. ¿Cómo te quedó el coco?

-Vieja tu madrina -se tanteó el chichón Isabelino Pena. Y no te olvides nunca que el coco sueña mejor con palazos que con besos. ¿Me expropiaron el panamá?

-El panamá y el fierro.

-Suerte que no me pueden procesar porque yo estoy enterrado en el Buceo desde el 83. A veces voy a verme.

-El problema es qué ganamos con todo este quilombo.

-Dios te va a contestar enseguidita. Concentrate y rezá un Ave María y un Padrenuestro. Sin parar.

Y cuando lo veo agarrarse las manos y resplandecer ojicerradamente siento que hay que seguir peleando aunque nos pulvericen hasta las ganas de resucitar.

-Visita para Los redentores de Liverpool -escucharon taconear de golpe a Renzo Barletta mientras el mismísimo comisario venía a abrirles la celda. -Se les retiraron los cargos, muchachos. Y el Pingüino me pidió que les hiciera una nota para el suplemento de La farándula. Porque en este paisito tiene que acabarse el odio. La fundación Gladiators trae un mensaje de amor y paz desde los asentamientos y las ollas populares hasta la península del glamour. Amor, paz y libertad.

-Macanudo con b larga -me aliso un poco el traje. -Pero lo que yo precisaría con urgencia es cambiarle la caña a los nísperos. Y de paso que me devuelvan el sombrero y la 32 para poder taparme el chichón y seguir asustando a los giles con sueldo.


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Isabelino Pena señaló al Chancho Cluzeau y le comentó al director de La farándula:

-Mirá vos. Un Jefe de Redacción degradado a cuidaculos.

El hombre de cráneo porcino y lentes gruesísimos palidece hasta la explosividad y le lengüeteo un cloc-cloc:

-Tate tate, folloncico. ¿Te acordás que Leonardo Regusci y mi hijo Abel eran tus reporteros preferidos porque se las arreglaban para hacerle una nota al Presidente del Banco de Cuba sin entender un carajo de economía? Y terminabas luciéndote vos, chupador de basura.

El Pingüino usó una mueca-tic para ordenarle al Chancho que se fuera y después empezó a dar vueltitas con los pulgares engarfiados en el chaleco:

-Cuánto rencor, don Pena. Me imagino que en la nota que les acaba de hacer Renzo se sacaron las ganas de cantar sus verdades.

-La verdad es una sola -se le encocora Pablo.

Entonces el director de La farándula observó el gran retrato donde se lustraba el ego abrazado con Fidel Castro y suspiró:

-Una vez en el exilio me invitaron a ver una especie de riña de gallos pero armada entre gurises deformes. Y no me animé a ir. Gladiadores, los llamaban. Y parece que los chupasangres se apostaban todito. Por eso le propuse ese nombre a Renzo para la Fundación. Porque lo que hay que hacer en el 2000 es resignificar liberadoramente los mitos, los emblemas y los paradigmas podridos. ¿Vamos a terminar con los odios en formol, muchachos? ¿Vamos a terminar con timbearnos una república que costó tanta sangre? ¿Por qué no transforma al Uruguay en una farándula de gente contenta y bien comida?

Ahora la calva y el perfil ganchudo le segregan un aura más asustante que la del Pingüino de Batman y tiro un golpe a ciegas:

-¿Y qué opinás de la timba de guachas que organizó tu socio en la casa de masajes?

El hombre enchalecado pareció parpadear frente a un flash que le hubiese mordido el cerebelo pero explicó sonriendo con ojos como colmillos:

-El Sultán no es mi socio. Hace tiempo. Los demócratas progresistas les tenemos más miedo a los que se autoproclaman bolches disidentes en la prensa burguesa que a los banqueros del imperio.

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