primera edición WEB
DOS: LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS
(2)
(el corralito secreto de los nuevos
mafiosos)
9
Isabelino Pena se puso un
jazmín del país en la solapa del traje blanco y otro en la cinta del panamá.
Pablo consiguió acreditaciones para entrar a Casamar a través de Perales, un productor free-lance siniestramente
amedusado que finge no reconocerme.
-Recién llegó la actriz
que va a hacer el papel de tu madre y casi me meo -manoteó un whisky y un
canapé de salsa golf el gordo. -Le calculan un presupuesto de diez palos a la
peliculeja. Para ser uruguaya, bate todos los récords.
-Peliculeja sí. Pero
uruguaya no -hace fondo blanco con un farolazo Pablo.
-¿Y sabías que en lugar
tuyo le encajaron una hijastra a
Jesús de Punta del Este? Es la bombita de Córdoba que baila cumbias en Gran boludo.
-Gran boludo: la basura marplatense que vimos anoche -agarró otros
dos whiskys el muchacho y le alcanzó uno al detective. -Salud. Por la
glorificación jolivudesca del Bambino Cardetti, el Sultán y todos los
mercaderes que crucificaron a mi verdadero padre y ahora quieren hacer guita groncha y progresista con él.
-No tomes más, querube.
Y cuando sostengo el vaso
con la izquierda para servirme un canapé me electrocuta un sacudón tan brutal
que la derecha queda hecha un puño lleno de salsa golf.
-Guarda. Ahí cayó el
Bambino -les avisó Perales mientras la gente retrocedía contra las paredes como
si hubiese entrado un rey y el productor-payaso empezaba a darle la mano a casa
uno de los periodistas.
A la mierda corretaje,
pienso tratando de desenchastrarme chanchamente los dedos adentro del bolsillo
aunque sin soltar la copa.
-Qué gángster
democrático. Pero a mí no me toca un pelo -se escondió Pablo atrás de una
escultura mientras el hombre-niño muy alto y de look futbolero se les acercaba
dejándose adorar.
Y cuando me llega el
turno no tengo más remedio que pegotearle la mano con los restos del saladito y
él larga la carcajada porque es la misma clase de joda que usan los esbirros
periodísticos de Gran boludo para
humillar a la gente en la calle. Pero después Cardetti abrazó a Isabelino Pena
y murmuró dejándole las huellas digitales anaranjadas en la espalda:
-La próxima sos boleta,
bosquimano.
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Isabelino Pena y Pablo
Ventura se sentaron en la primera fila del anfiteatro que rodeaba a las
conferencistas. Los productores asociados son Bin Laden y el Bambino, y el
director y los actores parecen tener menos importancia que los cuidaculos de
los mandamases.
-Una última pregunta
-intervino de golpe el muchacho uniformado con la camiseta negriazul. -¿Qué asesoramiento
tuvo el guionista?
-Eso es problema nuestro
-lo cancherea el director.
-No. Es un problema nuestro. Porque yo soy el hijo
espiritual de Leonardo Regusci y todos los que vivimos esta historia queremos saber cómo vamos a quedar
escrachados y sobre todo si van a contar la verdad de la cosa. La verdad santa y la verdad satánica.
Entonces el Bambino
relojeó crispadamente a su co-productor y el dueño de Casamar se puso color malvón. Parece joda, pero el ya agazapado
guardaespaldas principal del Bin Laden es igualito a George W. Bush.
-Lo santo empieza con el trabajo
de la Banda del Pez que formó y dirigió mi verdadero padre -saltó pablo a la
tarima. -¿Quién puede sustituirla en
la peliculeja? Y lo satánico es una tramoya armada entre la productora de Verano desnudo y un periodista de La farándula que hoy se animó a venir y
todo: el Chancho Cluzeau.
Y cuando Bush se arrima
para sacarlo de la zona de cámaras me toca hacer relampaguear el 32 con jetucha
de Bogart:
-El que toque al querube
es boleta.
Los cameramen y los fotógrafos
estaban entusiasmadísimos, pero el show terrorista fue desmontado en segundos
por una patota de agentes de seguridad y chupamedias de los mandamases.
-Las armas del Gran
Tiempo no llevan balas, esbirros cagones -aullo mientras nos cargan como nenes
chicos hasta un patrullero. -Jesús usaba PAX-LUX y no misiles, chupatroncos de
Whitman.
Y un solo cachiporrazo
que le aplastó el jazmín del panamá bastó para callar a Isabelino Pena.
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Isabelino Pena sonrió todavía
dormido:
-Esta vez me mataron
antes de tiempo, Abel. Pero así es la vida: tal
como es la vida. No fallar. No quejarse. Y estarse amando al Amado. Los que vivimos con Él y en Él vimos las raíces de los árboles antes que las
desenterraran. Y lo demás me las pelan.
Manga de homúnculos con cielorraso triste.
-No te mataron, viejo
-resopla el Pato en la otra cama. -Fue un palazo, nomás. ¿Cómo te quedó el
coco?
-Vieja tu madrina -se
tanteó el chichón Isabelino Pena. Y no te olvides nunca que el coco sueña mejor
con palazos que con besos. ¿Me expropiaron el panamá?
-El panamá y el fierro.
-Suerte que no me pueden
procesar porque yo estoy enterrado en el Buceo desde el 83. A veces voy a
verme.
-El problema es qué
ganamos con todo este quilombo.
-Dios te va a contestar enseguidita.
Concentrate y rezá un Ave María y un Padrenuestro. Sin parar.
Y cuando lo veo agarrarse
las manos y resplandecer ojicerradamente siento que hay que seguir peleando
aunque nos pulvericen hasta las ganas de resucitar.
-Visita para Los redentores de Liverpool -escucharon
taconear de golpe a Renzo Barletta mientras el mismísimo comisario venía a
abrirles la celda. -Se les retiraron los cargos, muchachos. Y el Pingüino me
pidió que les hiciera una nota para el suplemento de La farándula. Porque en este paisito tiene que acabarse el odio. La
fundación Gladiators trae un mensaje de amor y paz desde los asentamientos y
las ollas populares hasta la península del glamour. Amor, paz y libertad.
-Macanudo con b larga -me
aliso un poco el traje. -Pero lo que yo precisaría con urgencia es cambiarle la
caña a los nísperos. Y de paso que me devuelvan el sombrero y la 32 para poder
taparme el chichón y seguir asustando a los giles con sueldo.
12
Isabelino Pena señaló al
Chancho Cluzeau y le comentó al director de La
farándula:
-Mirá vos. Un Jefe de
Redacción degradado a cuidaculos.
El hombre de cráneo
porcino y lentes gruesísimos palidece hasta la explosividad y le lengüeteo un cloc-cloc:
-Tate tate, folloncico.
¿Te acordás que Leonardo Regusci y mi hijo Abel eran tus reporteros preferidos
porque se las arreglaban para hacerle una nota al Presidente del Banco de Cuba
sin entender un carajo de economía? Y terminabas luciéndote vos, chupador de
basura.
El Pingüino usó una
mueca-tic para ordenarle al Chancho que se fuera y después empezó a dar vueltitas
con los pulgares engarfiados en el chaleco:
-Cuánto rencor, don Pena.
Me imagino que en la nota que les acaba de hacer Renzo se sacaron las ganas de
cantar sus verdades.
-La verdad es una sola
-se le encocora Pablo.
Entonces el director de La farándula observó el gran retrato
donde se lustraba el ego abrazado con Fidel Castro y suspiró:
-Una vez en el exilio me
invitaron a ver una especie de riña de gallos pero armada entre gurises
deformes. Y no me animé a ir. Gladiadores, los llamaban. Y parece que los
chupasangres se apostaban todito. Por eso le propuse ese nombre a Renzo para la
Fundación. Porque lo que hay que hacer en el 2000 es resignificar
liberadoramente los mitos, los emblemas y los paradigmas podridos. ¿Vamos a
terminar con los odios en formol, muchachos? ¿Vamos a terminar con timbearnos
una república que costó tanta sangre? ¿Por qué no transforma al Uruguay en una
farándula de gente contenta y bien comida?
Ahora la calva y el
perfil ganchudo le segregan un aura más asustante que la del Pingüino de Batman
y tiro un golpe a ciegas:
-¿Y qué opinás de la
timba de guachas que organizó tu socio en la casa de masajes?
El hombre enchalecado
pareció parpadear frente a un flash que le hubiese mordido el cerebelo pero
explicó sonriendo con ojos como colmillos:
-El Sultán no es mi socio.
Hace tiempo. Los demócratas progresistas les tenemos más miedo a los que se
autoproclaman bolches disidentes en la prensa burguesa que a los banqueros del
imperio.
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