10 / LA LECCIÓN DEL JUEGO (9)
DK (5)
En una ocasión aprendí
una lección de Emma, mi ahijada de cuatro años. Estaba jugando con su amiga
Jenny a un juego llamado Candyland. Cuando Jenny estaba a un paso de ganar,
Emma saltó con entusiasmo y dijo: “¡Oh, Jenny, espero que ganes!”
Emma no comprendía el
concepto de vencer al otro jugador. Para ella, la diversión consistía en jugar.
Todavía no era consciente de que si su amiga ganaba, ella perdía. Era feliz
simplemente jugando. Todos deberíamos aprender de su inocencia.
Las celebraciones
constituyen oportunidades evidentes de diversión, pero no debemos reservar
nuestra alegría sólo para las ocasiones especiales: debemos celebrar todas las
ocasiones que se nos presenten. Ya concedemos bastante tiempo a los sucesos
negativos; debemos dedicar un tiempo igual o mayor a los positivos. Podemos
celebrar la visita de un amigo, una buena comida o que es viernes. Podemos
celebrar la vida. Y también podemos acicalarnos porque sí o utilizar la vajilla
de los domingos para comer con la familia. En general, no dudamos en cocinar
una buena comida para unos desconocidos, pero para nosotros nos preparamos una
lata de atún, el abrelatas y un trozo de pan. Los funerales son un ejemplo
especialmente interesante. Todo el mundo se arregla y se reúne en la casa del
difunto, donde se sirve la comida en la vajilla de porcelana y se sientan en el
salón que nunca se utiliza. Pero ¿llegó a disfrutar el difunto de todo esto en
vida?
Por último, debemos
dedicar cierto tiempo a nosotros mismos. Casi todos estamos de acuerdo en que
es necesario compartir un tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Pero
también tenemos que dedicar un tiempo a estar solos; un tiempo que sea sólo
para nosotros y que no consista simplemente en los ratos que nos quedan cuando
todo el mundo se ha ido o esos momentos en los que por casualidad nos
encontramos a solas, sino un tiempo que hemos reservado para nosotros, un
tiempo que dedicaremos a nuestra persona y a nuestra felicidad. Durante ese
tiempo no debemos comprometernos a ver una película determinada, comer ciertos
alimentos o hacer algo concreto. Debemos dedicar ese tiempo a nosotros mismos y
a estar con nosotros mismos; a hacer lo que queramos, cuando queramos y de la
forma que queramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario