domingo

LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN (52) - CARLOS CASTANEDA


PRIMERA PARTE  “LAS ENSEÑANZAS”
(Una forma yaqui de conocimiento)


VI (1)

El siguiente paso en las enseñanzas de don Juan fue un nuevo aspecto en el dominio de la segunda parte de la raíz de datura. En el tiempo transcurrido entre las dos etapas del aprendizaje, don Juan inquirió únicamente acerca del desarrollo de mi planta.


Jueves, 27 de junio, 1963

-Es buena costumbre probar la yerba del diablo antes de emprender de Iíen, su camino -dijo don Juan.

-¿Cómo se la prueba, don Juan?

-Debes probar otra brujería con las lagartijas. Tienes todos los elementos que se necesitan para hacerles una pregunta más, esta vez sin mi ayuda.

-¿Es muy necesario que yo haga esta brujería, don Juan?

-Es la mejor forma de probar los sentimientos de la yerba del diablo hacia ti. Ella te prueba todo el tiempo, así que es justo que tú también la pruebes, y si en cualquier punto a lo largo de su camino sientes que por algún motivo no deberías seguir, entonces simplemente te detienes.


Sábado, 29 de junio, 1963

Saqué a colación el tema de la yerba del diablo. Quería que don Juan me dijese más sobre ella, y sin embargo no quería comprometerme a participar.

-La segunda parte se usa nada más que para adivinar, ¿no es así, don Juan? -pregunté para iniciar la conversación.

-No solamente para adivinar. Con ayuda de la segunda parte, uno aprende la brujería de las lagartijas, y al mismo tiempo prueba la yerba del diablo; pero en realidad la segunda parte se usa para otros propósitos. La brujería de las lagartijas es apenas el principio.

-Entonces, ¿para qué se usa, don Juan?

No respondió. Cambiando súbitamente el tema, me preguntó de qué tamaño estaban las daturas que crecían alrededor de mi propia planta. Señalé la altura con un gesto. Don Juan dijo:

-Te he enseñado a distinguir el macho de la hembra. Ahora, ve a tus plantas y tráeme las dos. Ve primero a tu planta vieja y observa con cuidado el cauce hecho por la lluvia. A estas alturas, el agua ha de haber llevado muy lejos las semillas. Observa las zanjitas hechas por el desagüe y de ellas determina la dirección de la corriente. Luego encuentra la planta que esté creciendo en el punto más alejado a tu planta. Todas las plantas de yerba del diablo que crezcan en medio son tuyas. Más tarde, cuando vayan soltando semilla, puedes extender el tamaño de tu territorio siguiendo el cauce desde cada planta a lo largo del camino.

Me dio instrucciones minuciosas sobre cómo procurarme una herramienta cortante. El corte de la raíz, dijo, debía hacerse en la forma siguiente. Primero, debía yo escoger la planta que iba a cortar y apartar la tierra en torno al sitio donde la raíz se unía al tallo. Segundo, debía repetir exactamente la misma danza que había ejecutado al replantar la raíz. Tercero, debía cortar el tallo y dejar la raíz en la tierra. El paso final era cavar para extraer cuarenta centímetros de raíz. Me instó a no hablar ni delatar sentimiento alguno durante este acto.

-Deberás cavar dos trozos de tela -dijo-. Extiéndelos en el suelo y pon las plantas encima. Luego córtalas en partes y amontónalas. El orden depende de ti, pero debes recordar siempre qué orden usaste, porque así es como tienes que hacerlo siempre. Tráeme las partes tan pronto como las tengas.

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