domingo

PSICOLOGÍA LITERARIA (6) - JULIO HERRERA Y REISSIG


El sentido evocatorio (2)

Yo adoro este sentido egregio, dudoso, arcano. Yo escribo para los evocadores, para los brujos, que hacen sudar luz sulfurosa de los sonidos en frotamientos irreales; para los que con la vara profética de su idealismo, dando en un punto del áspero peñasco de la palabra, despiertan el hilo dulce y sonoro de la idea oculta, que ama la sed de nuestra fatiga.

¡Oh el libro, Alcázar de la sensación, con arabescos de ensueño, con treboladas ojivas curiosas, con aéreas agujas en éxtasis y volátiles cresterías!

Asomado a la Torre del Sexto Sentido, el poeta se satura de sombra Ossiánica; titilan en torno del zahorí los entes fosfóricos; los Aquelarres fantásticos fluctúan en las marejadas de las luces malas; genios oscilantes de un Cosmos difuso escancian los filtros de la Quimera. Y él sueña, y él dice misa.

Y son sus versos, según el Sexto Sentido, que en la gama sensorial explora hasta el ultraviolado; que en Ontología es un instinto del alma, revelador de lo oscuro, adelantado caviloso de la gran sombra que piensa, y que en arte aspira de lo Infinito por todos los poros de la utopía.

Libros pensativos como una Sibila. Libros frágiles, blancos, de levedades incorpóreas y de brumosas combeses. ¿Para qué el tejido recio, la precisión muscular? El idioma escapa de su malla aérea en fibrillas prófugas, en escamas ilusas; se deshila en filamentos errátiles, flexibles, pálidos. ¡Malhaya el bosque nervudo y la salvaje savia, cuando el fruto es de oro y seda y el picaflor de rocío! ¡Oh, nunca el sol evidente de la simplicidad, si el verso, mariposa de la lámpara au rayon studieux nacida apenas para una noche, que inflamaría en las claridades indiscretas su polvo tornasolado!

¡Oh, el sexto sentido, príncipe enigmático!

Palabras, gestos, rococó, remilgos. Palabras, hebillas, marfiles y ruedos. Watteau colorea. Beaumarchais recita. Madrina rezonga.

Garúa melodiosamente de una orquesta frívola.

Libro de pliegues conjeturales. Misal simbólico. Páginas: hostias de amor, alas de neblina, cañas de espumas, lágrimas de cera, copos de nieve ultraespiritual.

Libro de provocadoras superficialidades y deliciosos amaneramientos. Libro que cuando murmura es toda el alma y toda la vida, como el caracol es todo el Océano hablando en voz baja.

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