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LOS RECOVECOS DE MANUEL MIGUEL (32) - Desbocada reinvención de la vida de Manuel Espínola Gómez



Hugo Giovanetti Viola

Primera edición: Caracol al Galope, 1999.
Primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de Artes, 2016.

OCTAVA PUERTA: SIGLOS AROMÁTICOS (3)

Mozart sirve dos copas de un rosado insolado como sus clarinetes Y Manolo me pide que le cuente la trama de la novela. Demoro media botella en contarla.

-Pero mirá vos en qué enredijo se metió ese Abel Rosso, che. ¿Así que el Ray De Deus era como un hermano del alma y terminó queriéndolo limpiar? -liquida el paté Manolo y se moja los labios con la copa de Mozart. -¿Y eso te pasó a vos en este mismo hotel?

-En este mismo hotel. La única diferencia escenográfica es que el piano aparece en la chambre 22.

-¿Y el diablo era un hombrecito-simio-lagarto como lo acabáis de describir? -ahueva los ojos Mozart.

-No. Abel tiene mi físico. Pero el físico de Ray es completamente inventado. Menos los ojos, claro.

-Menos la mirada, querrás decir -me corrige Manolo, fingiendo divertirse. -EXPRÉSESE BIEN, CARAJO!!!!

-¿Y las muchachas? -insiste el empelucado, sacudido por un tic que parece encrestarlo como un plumón platónico. -¿Existieron tal cual las habéis escrito?

-B.T. existió tal cual. A la otra la soñé en el rancho de huéspedes de Fabini. Aunque no estoy seguro de que sea una muchacha.

-Bueno, pero explicá bien cuál es el problema que tenés para salvar a Abel -se impacienta Manolo. -Tenés al padre-detective-ángel, a la gurisa-Virgen María y al otro bicho con ojos de plata. ¿Qué más querés, muchacho?

-Es que el trío no funciona. Armé una especie de retablo en la chambre 23 con un destellador camuflado por el espejo del lavatorio y todavía no pude lograr que se filtrara una mísera burbuja de Gran Tiempo (y menos que menos con Hombre Nuevo) en la chambre 22.

-Entonces estará mal hecho el retablo -sacude la melena ya gris Manolo. -Vamos a tener que darle una mano a este escribidor o el héroe marcha a la parrilla. Pero escuchame, loco: vos sos un kamikze. ¿A quién se le ocurre hacerle perder el partido a Caín en este manicomio? ¿No te das que ni a los que inventaron la Biblia se les ocurrió semejante disparate?

Mozart abre otra botella de rosado color rubí y lo encorcha cuidadosamente.

-Permitidme llevar algo para el camino -carraspea. -Pardiez: estos hombrecitos-Gárgolas no descansan ni haciendo equilibrismo en los acantilados de Notre Dame.

-No. Desde allí aprovechan para mearnos mejor -gruñe Manolo, triste.


La pared que separaba la chambre 23 de la 22 era unilateralmente transparente, como las que se utilizan para los reconocimientos policiales. Isabelino Pena festejó la llegada de los visitantes ilustres haciendo fondo blanco con dos copas al hilo y señaló la bohardilla de al lado con cara de San José.

-Quieren matar al nene -mostró una dentadura musgosa. -Y no puedo defenderlo.

Manolo y Mozart ni siquiera le contestaron. B.T. y Ojos de Plata les habían estrellado las miradas hasta el cenit sensual del enternecimiento.


-Pero es que aquí un retablo no sirve para nada -reacciona Manolo. -Mirá: yo acabo de aprender viajando por Europa que toda la arquitectura es PURA ESCENOGRAFÍA. Y esto no es el interior de una iglesia, botija. Le erraste.

-Esto es el interior de un sepulcro -complementa Amadé, volviéndole a llenar la copa al detective. -Aquí acaban de asesinar la inocencia de su hijo, Monsieur le Privé.

-YA SÉ!!!! -sube unos ojos incendiados Manolo. -Aquí hay que escenografiar uno de esos SOBREMUNDOS del Greco. Yo no pude ver el Entierro del Conde de Orgaz ni me entusiasma demasiado el Greco, tampoco. Pero sería una solución fenomenal. Vas a ver que desparramamos GRAN TIEMPO CON HOMBRE NUEVO como para barrer con todas las sabandijas juntas del Matto Grosso.

-¿No será una solución demasiado barroca? -se le enloquece el tic a Amadé.

-Vos callate, que estás mamado. Y ayudá, si podés.


Manolo destendió violentamente la cama y colocó el escritorio encima, asegurándole estabilidad. Después hizo sentar a Ojos de Plata en la cumbre de la escena semicubierta por colchas y sábanas, y le pidió a Isabelino Pena que cargara a B.T.

-Como si fuera “La Pietà” al revés -le explicó. -Y nosotros nos colocamos en un segundo plano de muchedumbre. El que va a interceder por el nene es usted, mostrando a la mamá recién resucitada. ¿Entendieron? Y que se venga el diablo, si es macho. Y si no es macho que también se venga.

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