miércoles

10 POEMAS DE ELÍAS DURAÑONA



CIGARRA DE ONCE AÑOS

Once años atascados en mis cejas. Dando gritos a la nada.
Lento el dolor pero le miento al viento que no pasa nada.
Cuando sudo para escarbar en mis amplias fantasías te veo vivo
pero lejos y de arriba
como si yo fuera el muerto que habla.
Pero vi tu cara en una cara persiguiéndome en la calle.
No le pidas que se calle al torbellino de alegría.


TRES CRUCES EN LA NUCA

Turbia la noche vendida a mis hermanos.
Locos los hombres que dan vuelta de un golpe la luna en tu linda cara.
Vendaval enigmático.
Sólo has traído triunfo eterno sobre nuestros muertos.


CERVEZA

Gato negro y gato blanco en la calle Lepanto.
Hoy voy a embestir la noche con las coronas de mis manos.
No voy a usar palabras que no uso ni mirar una luna que no es mía.
Hoy voy a bailar con la estrella que me quede más cerca
y rezar para ser usado en lo que quiero ser usado.
Para no ser tirado en la volqueta de la calle Lepanto.


A MONTEVIDEO

Me he enterado que has vuelto
a esta ciudad de piedra dorada. Fortaleza
o callejón de matorral donde matamos indios.
Me he enterado que has vuelto
al jardín secreto y a la plaza con el sol apenas quemándote los hombros.
Me he enterado que has vuelto.
A la patria del salitre y a la madre de las ratas.


MANTO DE ESTRELLAS

Girando como rombo
ordené el silencio en el espacio plateado.
Puse y pongo la eternidad sobre cada antorcha.
Piedra sobre piedra ignorando su polvo.
Abajo de este manto de estrellas
te dormiste.


EL PLENILUNIO

La uva del sol que hace sombra a las tres sillas agrietadas.
En el mismo lugar de la botella enterrada
sin mensaje ni barquito.
Pero entonces la luna cae del cielo.
Y en cinco horas eternas es tuya y te cambia el alma.
El plenilunio te ama y no importa lo que hagas.


DECIR QUE NO

Veo la cara desde mi hermano traicionado.
El mundo no sería mi verdugo
con los pilares de la tierra en pie.

Pero nace de mí una pena con el nombre de hermano.
Uno no nacido y con tres cabezas al cielo más que vos.
Pero te enseñó el nunca.


EL RAYO

Para salir del abatimiento se debe ser conductor del rayo.
En el momento que golpea se declara y se hace consciente la postración.
Pero si el momento pasa y no fuiste capaz de pararte y seguir cumpliendo
el as del rayo se guarda automáticamente bajo la manga.
Y el mundo se detiene a la espera de tu elección.


BAJO EL SALITRE

Frente a mi sombra de luna el viento golpea como un colibrí.
El dulce dolor surge en mis entrañas pero la culpa fría lo aplana.
Despojado ya de herrumbre donde me fumo la vida escupiendo pulmón
voy a renacer bajo el salitre de mi propia casa. Donde no soy blanco fácil para dioses.
Me quito la camisa de fuerza que una vez fue chaleco antibala.
Perdí mi alma muy adentro mío.
El sol no brilla y el viento no sopla cuando me escondo del amor.
Pero el salitre llega y como humo me filtro por las chicas rejas de la libertad.


HEROÍNA

En mis sueños veo ríos de sangre bajando por los montes y arrugando los paisajes.
La sangre viene bajando por ríos inmundos para inundarlo todo en miseria
y privarte la entrada al cementerio.
La cara se mancha con la sangre de otra cara.
Sangre que baja de árbol en árbol para darnos de beber.

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