martes

NOCHE OSCURA (18) - SAN JUAN DE LA CRUZ


CAPÍTULO 11

Decláranse los tres versos de la canción (2)

3 / Que, por cuanto pone Dios al alma en esta Noche sensitiva a fin de purgar el sentido de la parte inferior y acomodarle y sujetarle y unirle con el espíritu, oscureciéndole y haciéndole cesar acerca de los discursos, como también (al fin de purificar el espíritu para unirle con Dios, como después se dirá) le pone en la Noche espiritual, gana el alma (aunque a ella no se lo parece) tantos provechos, que tiene por dichosa ventura haber salido del lazo y apretura del sentido de la parte inferior por esta dicha Noche, dice el presente verso, es a saber:

¡Oh, dichosa ventura!

Acerca de lo cual nos conviene aquí notar los provechos que halla en esta Noche del alma, por causa de los cuales tiene por buena ventura pasar por ella. Todos los cuales provechos encierra el alma en el siguiente verso, es a saber:

Salí sin ser notada.

4 / La cual salida se entiende la sujeción que tenía el alma a la parte sensitiva en buscar a Dios por operaciones tan flacas, tan limitadas y tan ocasionadas como las de esta parte inferior son: pues que a cada paso tropezaba con mil imperfecciones e ignorancias, como habemos notado arriba en los siete vicios capitales. De todos los cuales se libra, apagándole esta noche todos los gustos de arriba y de abajo, y oscureciéndole todos los discursos y haciéndole otros innumerables bienes en la ganancia de las virtudes, como ahora diremos. Que será cosa gustosa y de gran consuelo para el que por aquí camina ver cómo cosa tan áspera y adversa parece al alma y tan contraria al gusto espiritual, obra tantos bienes en ella. Los cuales, como decimos, se consiguen en salir del alma según el afección y operación -por medio de esta Noche- de todas las cosas criadas y caminar a las eternas, que es grande dicha y ventura: lo uno, por el grande bien que es apagar el apetito y afección acerca de todas las cosas; lo otro, por ser muy pocos los que sufren y perseveran en entrar por esta puerta angosta y por el camino estrecho que guía a la vida, como dice nuestro Salvador (Mt. 7, 14).

Porque la angosta puerta es esta Noche del sentido, del cual se despoja y desnuda el alma para entrar en ella, juntándose en fe, que es ajena de todo sentido, para caminar después por el camino estrecho, que es la otra Noche del Espíritu, en que después entra el alma para caminar a Dios en pura fe, que es el medio por donde el alma se une con Dios. Por el cual camino, por ser tan estrecho, oscuro y terrible (que no hay comparación de esta Noche del sentido a la oscuridad y trabajos de aquella, como diremos allí), son muy mucho menos los que caminan por él, pero son sus provechos sin comparación mucho mayores que los de esta. De los cuales comenzaremos ahora a decir algo con la brevedad que se pudiere, por pasar a la otra Noche.

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