martes

ENCUENTRO CON LA SOMBRA (El poder del lado oscuro de la naturaleza humana) - 92


SÉPTIMA PARTE: DIABLOS, DEMONIOS Y CHIVOS EXPIATORIOS : UNA PSICOLOGÍA DEL MAL (2)

INTRODUCCIÓN (3)

La sombra colectiva puede convertirse en un fenómeno de masas y hacer que naciones enteras se vean poseídas por la fuerza arquetípica del mal. Esto puede explicarse por un proceso inconsciente denominado participation mystique, un proceso mediante el cual los individuos y los grupos se identifican emocionalmente con un objeto, una persona o una idea y dejan de lado cualquier tipo de discriminación moral. Este fenómeno colectivo es el que sustenta la identificación con una ideología o un líder que da cauce a la expresión a los miedos y sentimientos de inferioridad de toda una colectividad. A menudo esta situación asume formas colectivas fanáticas y da lugar a fenómenos tales como la persecución religiosa, la intolerancia racial, el sistema de castas, el fenómeno del chivo expiatorio, la caza de brujas o el odio genocida. De este modo, cuando la sombra reprimida por toda una sociedad se proyecta sobre una minoría se activa considerablemente el potencial para el mal de esa colectividad. Los pogroms zaristas del último cambio de siglo, la persecución y el holocausto nazi de judíos, gitanos y homosexuales en la Segunda Guerra Mundial, el anticomunismo y el maccarthismo norteamericano de los años cincuenta y el sistema constitucional sudafricano constituyen espantosos ejemplos de este fenómeno. Nuestro siglo ha sido testigo de psicosis masivas que han engendrado actos de barbarie de una crueldad hasta entonces inimaginable.

La expresión del mal colectivo suele desafiar nuestra comprensión. Es como si de repente esas fuerzas brotaran de la mente inconsciente de un gran número de personas. Cuando tiene lugar una epidemia mental de tales proporciones nos hallamos indefensos para combatir las calamidades que provoca. Los pocos que no quedan atrapados en tal fenómeno masivo de participation mystique corren el peligro de convertirse en víctimas de él. Consideremos, sin ir más lejos, la negativa del pueblo alemán a aceptar la existencia de los campos de exterminio nazis, la ceguera del mundo entero al régimen genocida de Khmer Rojo de Camboya o la indiferencia global al sufrimiento del pueblo tibetano a manos del despiadado comunismo chino.

Este fenómeno colectivo suele personificarse en un determinado líder político -Napoleón, Stalin, Hitler. Pol Pot o Sadhham Hussein, por ejemplo- quien sobrelleva entonces las proyecciones colectivas reprimidas por toda una cultura. “La sombra colectiva no sólo se halla viva en tales líderes -dice Liliane Frey-Rohn- sino que ellos mismos son representaciones de la sombra colectiva, del adversario y del mal”.

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