miércoles

MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS (147) - CLARISSA PINKOLA ESTÉS



CAPÍTULO 14

La selva subterránea:

La tercera fase: El vagabundeo (10)

Esta es la verdadera naturaleza del árbol psíquico: crece, se nos ofrece, lo usamos, deja semillas de nuevas cosas, nos ama. Tal es el misterio de la Vida / Muerte / Vida. Es una antigua e inquebrantable pauta anterior al agua y la luz. Sabemos que, una vez que se aprenden los ciclos y sus representaciones simbólicas, ya sean estas la pera, el árbol, el vergel, las fases y períodos de la vida de la mujer, estos se repiten una y otra vez y siempre de la misma manera. La pauta es la siguiente: En todo este morir hay una inutilidad que, cuando buscamos nuestro camino, se transforma en utilidad. La sabiduría que adquirimos se manifiesta a medida que proseguimos nuestro avance. En todo lo que vive, la pérdida lleva consigo una ganancia. Nuestra tarea es interpretar este ciclo de la Vida / Muerte / Vida, vivirlo con todo el entusiasmo que podamos, aullar como un perro enloquecido cuando ello no sea posible y seguir adelante, pues, al final de nuestro camino, se encuentra la amorosa familia subterránea de la psique que nos acogerá en sus brazos y nos prestará su ayuda.

El rey ayuda a la doncella a vivir mejor en el mundo subterráneo de su tarea. Y es bueno que así sea, pues a veces durante el descenso la mujer se siente no tanto una neófita cuanto un pobre monstruo que se ha escapado involuntariamente del laboratorio del médico loco. Pero desde su privilegiado punto de observación las figuras del mundo subterráneo nos ven como una hermosa forma de vida que trata por todos los medios de seguir adelante. Desde el punto de vista del mundo subterráneo somos una vigorosa llama que golpea contra un cristal oscuro con el propósito de romperlo y alcanzar la libertad. Y todas las fuerzas de nuestro hogar subterráneo corren a nuestro encuentro para sostenernos.

En los relatos antiguos el propósito del descenso de la mujer al mundo subterráneo era el de casarse con el rey (en algunos ritos no había ningún rey y la neófita se casaba probablemente con alguna representación de la Mujer Salvaje del mundo subterráneo) y en este cuento vemos un vestigio de este hecho cuando el rey ve a la doncella y se enamora inmediatamente de ella sin la menor vacilación.

La reconoce como suya no a pesar de su carencia de manos y del lamentable estado salvaje en que se encuentra sino precisamente por eso. El tema del profundo desvalimiento en el que la mujer se siente no obstante tan apoyada sigue desarrollándose. Aunque vaguemos sin rumbo, sucias, abandonadas, mancas y medio ciegas, una gran fuerza del Yo nos ama y nos estrecha apretadamente contra su pecho.

Las mujeres que se encuentran en tal estado experimentan a menudo una gran emoción, la misma que experimenta una mujer que encuentra finalmente a un compañero que es justo lo que ella soñaba. Es un momento extraño, un momento paradójico, pues estarnos sobre la tierra y, al mismo tiempo, debajo de ella. Vagamos sin rumbo pero somos amadas. No somos ricas pero nos dan de comer. En términos junguianos dicho estado se denomina la "tensión de los contrarios", en la que algo de cada polo de la psique se multiplica en determinado momento y crea un nuevo territorio. En la psicología freudiana es una "bifurcación", en la que la disposición o actitud esencial de la psique se divide en dos polaridades: blanco y negro, bueno y malo. Entre las cuentistas de mi cultura, este estado se llama nacer dos veces. Es el momento en que se produce un segundo nacimiento a través de una fuente mágica, después del cual el alma se proclama heredera de dos estirpes, una perteneciente al mundo físico y otra al mundo invisible.

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