FER HENRY “SERÉ ETERNO COMO MANDA EL ALMA”

Fernando Henry (Montevideo / Uruguay 1979) Autor de canciones (música y textos). Desde el año 1995 se presenta como cantautor, tocando de manera solista y grupal en diferentes bandas: Lúcuma, Ganges, Imao, La Morsa era Paul, Foglegiba, Rescate Merlín, Tohorá, Guten Tag!, etc etc. Comparte escenario con músicos tanto locales como internacionales. Participa en proyectos de diferentes artistas como arreglador vocal y musical. En el año 2002 da vida a “Tarántula records” sello independiente con el cual edita hasta la fecha todos sus discos solistas y grupales.

Solista: “CORAZÓN SONORO” (2002), “OFRENDA” (2006), “PARA ILUMINARME” (2009), “A GIFT FOR FRIENDS” (2012), “ELLOS” (ep) (2013), “DEL ASMA, AL ÚTERO, AL CORAL” (2013).

Grupales: LA MORSA ERA PAUL (2008), RESCATE MERLIN (ep) (2010). Fer Henry. Lucas Meyer, Pau O’Bianchi (2015).

Edita además dos fanzines: Strawberry Feelings desde el año 2004 y Vaca Sagrada desde el año 2005. Con Tarántula records distribuye material independiente y autogestionado (Discos, fanzines, libros) además de ilustrar las portadas para sus discos y el de otros artistas: Tarántula design. El cantautor reconoce como referentes gravitantes en su trabajo a la Psicodelia, el Folk, el Punk y el Folclore Latinoamericano.

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Juan Carlos Onetti definía a la vocación artística como “una dulce condenación”. ¿Cómo la definirías vos?

Y… es algo así como dice Onetti. Traemos dentro ese latir que se va descubriendo y afianzando hasta que llegado un día nos abraza para no soltarnos más. Luego uno como quien ama a las cosas con el corazón, va cuidando de eso que tendió ramas dentro de nosotros hasta transformarse en nosotros mismos. Siempre sentí que pertenecía al sendero de la expresión, antes de nacer y al despertar en esta tierra. Crear es dar vida, es aportar energéticamente a los movimientos que hacen que el universo funcione. Crear es la manera que tengo de estar vivo, estoy abocado a ello día a día, es como beber y comer para no enfermar, si no canto, si no escribo, si no pinto, empiezo a enloquecer. Es la coraza que llevo para afrontar la existencia. Siempre digo que mi misión en esta vida es crear y dar amor.   

Hace poco posteaste un texto en tu facebook donde afirmás: “Seré eterno como manda el alma”. ¿No creés que todos los niños nacen recibiendo constitutivamente esa orden y que lo que muchísimas veces logra nuestra paupérrima y calamitosa “culturización” iniciática es desanimarlos en la sufrida concreción de esa heroicidad, que es la más importante del mundo?

Al nacer traemos una enorme información atesorada que empieza a dispararse y a contaminarse en el momento en que nuestros ojos se abren. La luz y la sombra están ahí, el bien y el mal, el amor y el odio… Si un día aparecimos en este planeta, por algo es. No es casualidad que hayas arribado en esta era y no en otra. Es una causa divina. Estamos en una era hostil (Kali Yuga) donde las culturas y la civilización se arman y desarman en un abrir y cerrar de ojos, todo es veloz, voraz, violento… pero al mismo tiempo hay tanto para dar. Tenemos que cuidar de nosotros y del vecino porque sino la individualidad y el ego terminaran por aniquilar el don luminoso que nos es innato. La eternidad es ahora mismo.

¿Qué te aportó la maestría estética de Ulises Ferretti?

Con Ulises estudié un año, lo tuve de profesor en el IPA. Yo tenía 18 años y estaba con las antenas a full, ávido por conocer y abarcar todo lo que podía. Sus talleres eran altamente nutrientes. Aprendí a escuchar. Por ej: a estar sumamente atento cuando más de un instrumento se está ejecutando… es decir, a escuchar con la misma intensidad  tanto lo que vos hacés como lo que hace el que está contigo. El diálogo sonoro. A darte cuenta de que cuando estás tocando un acorde, por ejemplo, en esa ejecución no está solo la presencia armónica de ese acorde, sino la fricción de tus manos sobre las cuerdas y que eso hace que el resultado sea expresivo. Que mientras hay sonido también hay silencios presentes que ayudan a mantener la movilidad y la expresión en las obras ejecutadas. Todo es como nuestro sistema respiratorio, las cadencias, las pausas, las aceleraciones y eso requiere disciplina para trabajarlo y que llegue a buen cauce en el momento de la creación y el toque. Que todo el tiempo está sonando una gran sinfonía alrededor nuestro y que nosotros somos instrumentos que generan el orden y el desorden de esa pieza universal. Eran clases rígidas y distendidas a la vez, donde nuestro cuerpo y alma se involucraban intensamente… Eso: las recuerdo intensas.

¿Cómo lograste no contaminarte, ya pasados los treinta años, del desalmamiento tan machacantemente propagado por el consumismo salvaje y la cultura del odio?

Cada mañana es un despertar con la cabeza puesta en mejorar lo que soy y lo que me rodea, cada persona tiene que aportar ese granito de luz desde el lugar donde le tocó estar. Y lo tiene, eso es seguro, la cuestión radica va en estar consciente de eso. Despertar no sólo implica sacarse las lagañas cuando uno se lava la cara, amanecer implica estar atento, despierto y cultivar y defender a diario la idea que nos parece poderosa. Estar atento al más mínimo detalle cotidiano porque el solo hecho de decirle “Buen día” a tu vecino está generando un cambio en el aire que tiene su resultado inmediatamente. No conozco el odio. Y la estupidización está a la orden del día…. si te dejas vencer, te come ese gran monstruo que enferma a las sociedades del mundo. Por eso hay que sacar fuerzas de donde sea, para mantenerse lúcido y en contacto con el brillo sagrado del alma. Yo te voy a entregar mi parte más luminosa, siempre. Y mi obra va en esa dirección a través de diferentes caminos expresivos… Y por eso te saludo diciéndote: Arte y Luz!

(Bonus track: Una vez y mil veces vi la senda de piedras amarillas junto a los conejos que nadie ve, el amor colgando del pecho o la furia de las campanas a la hora del prasadam, el oso de tela y cariño que mi abuelo me regaló el primer día de la vida, la diapositiva sin edad, la lámpara del demonio aburrido o la cometa que me ataron al cuerpo cuando niño y desde entonces nunca nadie pudo bajarme, el guiño desmesurado de mis bagualas, la lágrima oceánica ofrendada al espejo, la huella del café, el arcángel, el beso erizante, el manto solar disonante o los dientes del árbol rabioso, el Om y la estatuilla de Hanumán, la boca de la flor temblorosa, el hombre, el parque, la luna de dios y las brujas, mis cuadernos y guitarras, el río que atraviesa la garganta o el manantial divino, mis hermanos, nuestro perro, nuestro gato y el último animal del cielo, José, la Yaya, René y la poesía de mis padres, la cáscara dolida o el cuerpo que nunca fui. Seré eterno como manda el alma, buscaré en la mar de tu sonrisa la piedad. Sacrificaré mis canciones como siempre lo hice, ya no sé a quien le canto, solo sé que perderme me ayuda a encontrar.)