miércoles

MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS - CLARISSA PINKOLA ESTÉS


CAPÍTULO 14
CIENTOTRIGESIMOQUINTA ENTREGA


La segunda fase: El desmembramiento (5)

Si estudiamos los belenes de los países mediterráneos, veremos que las manos de los pastores y de los Reyes, de María o de José están extendidas con las palmas hacia el Divino Infante como si éste fuera una luz que se pudiera recibir a través de la piel de las palmas. En México vemos también que las imágenes de la Virgen de Guadalupe derraman su luz salutífera sobre nosotros, mostrándonos las palmas de las manos. El poder de las manos está presente a lo largo de toda la historia. En Kayenta, en la reserva diné (navajo) hay una cabaña india con una vieja huella de mano de color rojo al lado de la puerta. Su significado es "Aquí estamos a salvo".

Como mujeres, tocamos a muchas personas. Sabemos que la palma de la mano es una especie de sensor, tanto con un abrazo como con una palmada o un simple roce del hombro hacemos una lectura de la persona a la que tocamos. A poca relación que tengamos con La Que Sabe, comprendemos lo que siente otro ser humano tanteándolo con las palmas de nuestras manos. Algunas mujeres reciben información en forma de imágenes incluso a veces de palabras que les comunican los sentimientos de los demás. Se podría decir que hay en las manos una especie de radar.

Las manos son no sólo receptoras sino también transmisoras. Cuando alguien estrecha la mano de una persona le puede transmitir un mensaje y es lo que suele hacer de manera inconciente a través de la presión, la intensidad, la duración y la temperatura cutánea. Las personas que de manera inconciente o deliberada tienen intenciones aviesas poseen un tacto que hace que el otro sienta que le están abriendo boquetes en el cuerpo espiritual psíquico. En el polo psicológico opuesto, las manos que se apoyan en una persona pueden aliviar, consolar, eliminar el dolor y sanar. Se trata de un saber femenino que se ha transmitido de madre a hija a través de los siglos (16).

El depredador de la psique lo sabe todo acerca del profundo misterio que se asocia con las manos. En demasiadas partes del mundo una de las manifestaciones más patológicas de inhumanidad consiste en secuestrar a una persona inocente y cortarle las manos; en desmembrar la función táctil, visual y sanadora del ser humano. El asesino no siente y no quiere que su víctima sienta. Esta es exactamente la intención del demonio, pues el aspecto no redimido de la psique no siente nada y, en la malsana envidia y el odio que le inspiran los que sí sienten algo, experimenta el impulso de cortar. El asesinato de una mujer mediante la mutilación constituye el tema de muchos cuentos. Pero este demonio es algo más que un asesino, es un mutilador. Exige una mutilación que no es puramente decorativa o una simple escarificación de carácter ritual sino que se propone dejar inválida a la mujer para siempre.

Cuando decimos que a una mujer le han cortado las manos, queremos decir que está incapacitada para consolarse y curarse ella misma de manera inmediata y que no puede hacer nada que no sea seguir el mismo camino de siempre.

Por consiguiente, es bueno que sigamos llorando en este período. Es nuestra sencilla y poderosa protección contra un demonio tan pernicioso que ninguna de nosotras puede comprender por entero sus motivos y su raison d’être. En los cuentos de hadas encontramos el leitmotiv del llamado "objeto arrojado". La heroína perseguida se saca un peine mágico del cabello y lo arroja a su espalda, donde crece y se convierte en un bosque de árboles tan tupido que en él no se podría introducir una horca. O bien la heroína tiene un frasquito de agua, lo destapa y arroja su contenido a su espalda mientras corre. Las gotitas se convierten en una inundación que dificulta el avance de su perseguidor.

En el cuento, la joven derrama abundantes lágrimas sobre sus muñones y el demonio se siente repelido por el campo de fuerzas que la rodea. No puede apoderarse de ella tal como pretendía. Aquí las lágrimas son el "objeto arrojado", la muralla de agua que aleja al demonio, no porque el demonio se conmueva o se ablande al ver las lágrimas -no se conmueve-, sino porque las lágrimas sinceras poseen una pureza que quiebra su poder. Y nosotras comprobamos la veracidad de este aserto cuando lloramos con toda nuestra alma porque no vemos en el horizonte más que oscuridad y desolación y, sin embargo, las lágrimas nos salvan de morir inútilmente abrasadas (17).


Notas

(16) Hay en los antiguos cuentos un sentido que es también sentimiento y sabiduríay que se transmite de padres a hijos independientemente del sexo.
(17) Tal como ya hemos visto, las lágrimas tienen múltiples finalidades, pues sirvenpara proteger y para crear.

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