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CIRO PÉREZ (2) - PELUQUERO Y MÚSICO AUTODIDACTA DE TIERRA ADENTRO




(si tiene problemas para visualizar el video, recorte y pegue en el navegador el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=NdtWVB3OmBI )



Una carrera de una riqueza tremenda. Este tango que estábamos escuchando lo tomamos de internet y el que lo puso en internet escribió: “El propósito de subir este tango a internet es mostrar la gran calidad de los arreglos e interpretaciones de estos extraordinarios guitarristas”. Además usted tuvo una etapa en la que se dedicó al canto.

Sí, eso fue al principio, yo tenía 17 años la primera vez que fui a Buenos Aires, y mi padre me hizo un permiso con el juez para poder salir porque era menor. Teníamos un dúo con otro muchacho y ganamos una guitarra en Canal 4 que había un programa que se llamaba “Guitarreada”.

¿El premio era una guitarra, no?

Sí, una Sentchordi.

¿Y siempre se pudo dedicar sólo a la música o tuvo otros trabajos también?

No, no, mi oficio fue la peluquería, soy peluquero. Aprendí el oficio con mi padre, cuando él empezó a trabajar en el Correo y viajaba a Montevideo. Nosotros vivíamos en el interior, en el Km. 90 de la Ruta 7. Y bueno, yo aprendí a cortar el pelo, pero cuando no tenía gente agarraba la guitarra, me pasaba tocando la guitarra.

Nos dicen también que usted grabó con Julio Cobelli acompañando a Olga Delgrossi, que hay grabaciones muy buenas.

Sí, sí, grabamos el año pasado. Hicimos un trabajo muy lindo con Julio.

¿Cómo es vivir esto desde Europa? Porque en su carrera hay una continuidad notoria con base en París y ahora en Córcega.

Sí, viví en París mucho tiempo pero ahora estoy más cerca de Italia, en el Mediterráneo. Esta isla es una belleza. En Europa empecé a hacer giras desde que llegué. Tuvimos Porque un cuarteto con Juan José Mosalini tuvimos un cuarteto y también tocábamos en Buenos Aires. Y con el bandoneonista Osvaldo Montes, hicimos un disco en Alemania que se llama: “El tango, mi refugio”,

¿Cómo era el trabajo con Zitarrosa en aquellos primeros años a los que usted se refirió?

Bueno, trabajábamos los temas de él, los que componía Alfredo, yo hacía los arreglos y mucha cosa a nivel armónico. Él tenía una particularidad, a él le gustaba que la guitarra estuviera de acuerdo a cada tema que hacía. No hacer mucha cosa moderna, más bien sencillo, con un toque diferente, el sonido, en fin, trabajo bien hecho.

¿Y a la hora de hacer los arreglos se juntaban sólo los guitarristas o se juntaban con él?

No, no, nos juntábamos con él. Cada uno tiraba una idea, una opinión, Alfredo decía algo y nosotros trabajábamos de acuerdo a la melodía y a los silencios que él nos daba en el espacio del canto, para adornar y para hacer arreglos.

Claro, eran otras épocas a la hora de las grabaciones. ¿Grababan todos juntos? Supongo que en ese tiempo no habría pistas.

Claro. Nos íbamos a Buenos Aires, estábamos grabando en Odeón. El único disco que hice acá, que fue antes de irse él, lo hicimos con Mario Núñez y Wilberto López en el estudio de Sondor, grabamos 6 temas, una cosa así. Eso fue lo último, después Alfredo ya se fue a España.

Y no había mucha chance de equivocarse tampoco, porque al grabar de la manera en que se grababa, había que ser muy preciso.

Claro, claro. Había que tener mucha concentración, todo tenía que estar muy digerido. Así que era una forma de trabajar muy especial también, muy concentrados, mucha atención a todo lo que hay dentro de un tema. Para arreglarlo, para no molestar al cantor y a la vez que se luzca el instrumento también.

¿Y en esa época Alfredo Zitarrosa era conocido? ¿Los espectáculos a los que iban eran muy populares o explotó después, a la vuelta del exilio?

No, no. Ya era muy conocido. En carnaval hacíamos 5, 6 o 7 tablados por noche. Era impresionante, andábamos por todos lados. Y los temas de y la forma de cantar de Alfredo gustaban muchísimo. Era muy querido Alfredo acá.

¿Usted estuvo básicamente en la década del ‘60 con él?

Exactamente. Arrancamos como en el ‘62.

El sábado van a presentar este disco en Kiyú, en el parador Suri. ¿Cómo fue la experiencia de hacer esto con María Elena Melo y qué opinión tiene del disco en sí?

Quedó muy lindo, aunque no hubo mucho ensayo. O sea, miramos un poquito los temas con ella, yo puse una guitarra de acompañamiento y después otra de apoyo. Así que quedó interesante porque la voz está muy bien puesta y los instrumentos también están perfectos. Es un disco variado y con un color  muy interesante ese disco. Tiene varios temas de Eladia Blázquez y también de Lucio Muniz.

El sábado entonces usted va a andar por allá por Kiyú. ¿Va con la familia?

Sí, la voy a acompañar a María, allí vamos a estar con mi guitarra gaucha que ya es parte mía.

¿Ha tocado en muchas guitarras desde que comenzó o hay alguna guitarra específica que haya estado con usted mucho tiempo?

La guitarra que tengo ahora la compré en Buenos Aires en el ‘74 cuando andaba con Alfredo. Es una Estrada Gómez. Siempre anduvo conmigo, es con la que he grabado y tocado siempre. Es una guitarra muy linda, muy especial, tiene su color, su sonido.

Y debe recibir un cuidado especial también porque es un instrumento delicado.

Por supuesto, no hay que dejarla en lugares húmedos ni donde haya mucho sol tampoco. Es peligroso porque puede deformar la madera.

Está exigido, entonces, en este verano que tenemos tan raro en Montevideo y en Canelones.

Sí, es verdad, el clima está muy cambiado, pero está en todos lados igual.

Ciro, nosotros le queremos agradecer por su música de siempre y en particular por esta visita que nos va a hacer el sábado que viene en el parador Suri.

Muchas gracias a ustedes. Fue un placer haber compartido este ratito. Que tengan un buen día.

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