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4 POEMAS DE JULIA GALEMIRE


Julia Galemire nació en el Barrio Sur de Montevideo. Es licenciada en enfermería, y concurrió a cursos de facultad de Humanidades y talleres literarios sobre Historia del Arte y la Literatura durante 8 años .

Fue subsecretaria de Asesur, y en 1994 fundó el Grupo La Tertulia y dirigió programas de periodismo cultural a través de CX  38, SODRE.

En 1999 fue seleccionada para integrar el libro “Letras de la Paz”, publicación de la UNEDA (Unión de Escritores de América) que contó con el apoyo de la UNESCO.

Desde 2004 dirige la revista cultural La Tertulia, que fuera declarada de interés cultural por el MEC y la IMM, además de ganar, en 2010, los Fondos Concursables.

Ha publicado nueve libros, dos de los cuales fueron premiados en la categoría de poesía édita.

Integra la directiva de las Casa de los Escritores del Uruguay y en 2012 y en 2012 concurre congreso PCSUR, realizado en La Habana.



I

La música enamora, hace milagros
en la copa del mundo
en el efímero hilo crepuscular
donde los sueños se cruzan
Sueños, que vibran quimeras
a cada espacio, sin distancia
tal vez al todo adentro
acaso al mar de otros tiempos
Solo su rituario está
en el río fiel de la memoria,
su fluir boga, desde vegetales
caminos subterráneos
cada nota es
lenta caricia que ha sido
cada ritmo es
incesante ansia de lenguaje
cada melodía es
amor abierto a los secretos
Bach retorna
con su belleza azul
a la invisible partitura
al compás de nuestra sangre
a beber con fuego el regreso y el perdón
a
Dios


II

La música enamora el misterio
donde se abre
de par en par la acera de cielo
solo así puede atisbar
en una plaza
de no sé qué triste ciudad
la máscara de un insondable código.
El ayer enhebró memorias
al estremecido encuentro de tus manos
nacidas en el agua de las mías
al calor de tus ojos abiertos y,
sumergidos
en mi vuelo
al brazo viviente
con retazos de alma
al banco plegado donde
el silencio deshojó caricias.
Soterrado mantra, con sabor a miedo.


III

Mientras recuerdas
a los amigos
cuyos rostros duermen
en el vacío
de las ausencias
solo terrenales.
En torno tuyo despliegan
sus falsas urdimbres
las plegarias
que en el espacio
van creando fantasmas
como último recurso.


IV

La calle,
árbol azul
jacarandá tatuado de horizonte
pleno
de hojas
exhalaciones
y palabras deshechas
en un fue, es o será.
La calle,
árbol azul
inicia su luz
en el espacio
de límites distintos
donde moran
los fantasmas

de esquivos ojos interrogantes,
insomnes
miran
estremecer
la diástole y la sístole
de antiguos relojes.

Miran
marchitar el tiempo
en sus viajes transitorios,
soportan
el contrapunto de historias que habitan
en el húmedo
trayecto de los párpados.

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