miércoles

MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS - CLARISSA PINKOLA ESTÉS




OCTAGESIMOPRIMERA ENTREGA

CAPÍTULO 9

La vuelta a casa: El regreso a sí misma

La pérdida del sentido del alma como iniciación


La foca es uno de los símbolos más bellos del alma salvaje. Como la naturaleza instintiva de las mujeres, las focas son unas criaturas muy curiosas que han evolucionado y se han adaptado a lo largo de los siglos. Como la mujer foca, las verdaderas focas sólo se acercan a la tierra para alumbrar y alimentar a sus crías. La madre foca se entrega con todas sus fuerzas al cuidado de su cría durante unos dos meses, amándola, defendiéndola y alimentándola exclusivamente con las reservas de su cuerpo. Durante este período la cría de foca de unos doce kilos cuadruplica su peso. Entonces la madre se adentra en el mar y la cría ya desarrollada inicia una vida independiente.

Entre los grupos étnicos de todo el mundo, muchos de ellos pertenecientes a la región circumpolar y al África Occidental, se dice que los seres humanos no están verdaderamente vivos hasta que el alma da a luz al espíritu, lo cuida amorosamente, lo alimenta y lo llena de fuerza. Al final, se cree que el alma se retira a un hogar más lejano mientras el espíritu inicia su vida independiente en el mundo (2).

El símbolo de la foca como representación del alma es especialmente atractivo por cuanto las focas dan muestras de una "docilidad" y una accesibilidad bien conocidas por los que viven cerca de ellas, Las focas poseen cierto carácter perruno y son cariñosas por naturaleza. De ellas irradia una especie de pureza. Pero también reaccionan con mucha rapidez, buscan refugio o atacan cuando se ven amenazadas. El alma también es así. Permanece en suspenso cerca de nosotras. Alimenta el espíritu. No huye cuando percibe algo nuevo, insólito o difícil. Pero a veces, sobre todo cuando una foca no está acostumbrada a los seres humanos y permanece tendida en uno de aquellos estados de felicidad en que suelen sumirse las focas de vez en cuando, no se adelanta a los comportamientos humanos. Como la mujer foca del cuento y como las almas de las mujeres jóvenes y / o inexpertas, no adivina las intenciones de los demás ni los posibles daños. Y es lo que siempre ocurre cuando alguien roba la piel de foca.

A través de mis muchos años de trabajo con los temas de la "captura" y el "robo del tesoro" y de análisis de muchos hombres y mujeres he llegado a percibir en el proceso de individuación de casi todo el mundo la existencia de por lo menos un único robo significativo. Algunas personas lo califican del robo de su "gran oportunidad" en la vida. Otras lo definen como un hurto de amor o de robo del propio espíritu y debilitación del sentido del yo. Otras lo describen como una distracción, una pausa, una interferencia o una interrupción de algo que es vital para ellas: su arte, su amor, su sueño, su esperanza, su creencia en la bondad, su desarrollo, su honor, sus esfuerzos.

La mayoría de las veces este importante robo se produce en la persona desde su punto de menor visibilidad. Se produce en las mujeres por la misma razón por la que se produce en el cuento: por ingenuidad, por ignorancia de los motivos de los demás, por inexperiencia en la proyección de lo que podría ocurrir en el futuro, por no prestar atención a todas las claves del ambiente.

Las personas que han sufrido esta clase de robo no son malas. No están equivocadas. No son estúpidas. Pero son considerablemente inexpertas o se encuentran en un estado de modorra psíquica. Sería un error atribuir semejantes estados sólo a los jóvenes. Pueden darse en cualquier persona independientemente de la edad, el origen étnico, los años de escolarización e incluso las buenas intenciones. Está claro que el hecho de sufrir un robo evoluciona hasta convertirse inexorablemente en una misteriosa oportunidad de iniciación arquetípica (3) para las personas que se ven atrapadas en él, que son casi todas.

El proceso de recuperación del tesoro y de establecimiento la manera en que uno repondrá existencias desarrolla en la psique cuatro planteamientos vitales. Cuando nos enfrentamos cara a cara con este dilema y efectuamos el descenso al Río bajo el Río, fortalece enormemente nuestra determinación de recuperar la conciencia. Aclara con el tiempo qué es lo más importante para nosotras. Nos hace experimentar la imperiosa necesidad de elaborar un plan para liberarnos psíquicamente o de otro modo y para utilizar nuestra recién adquirida sabiduría.

Finalmente -lo más importante- desarrolla nuestra naturaleza medial, esta salvaje y perspicaz parte de la psique que también puede atravesar el mundo del alma y el mundo de los seres humanos.

El núcleo arquetípico del cuento "Piel de foca, piel del alma" es extremadamente valioso, pues ofrece unas claras y definidas instrucciones acerca de los pasos que tenemos que dar para poder desarrollar y encontrar nuestro camino a través de estas tareas. Una de las cuestiones esenciales y más potencialmente destructoras con que se enfrentan las mujeres es el comienzo de varios procesos de iniciación psicológica con iniciadoras que todavía no han completado su propia iniciación. No conocen a personas expertas que sepan cómo seguir adelante.

Cuando las iniciadoras no están completamente iniciadas, omiten sin querer importantes aspectos del proceso y a veces infligen graves daños a las mujeres que tienen a su cargo, pues trabajan con una idea fragmentaria de la iniciación que a menudo está contaminada de una u otra forma (4).

En el otro extremo del espectro se encuentra la mujer que ha sufrido un robo y se esfuerza por conocer y dominar la situación, pero se ha quedado sin instrucciones y no sabe que, para completar el aprendizaje, tiene que hacer más prácticas, por cuyo motivo repite una y otra vez la primera fase, es decir, se deja robar una y otra vez. A causa de las circunstancias por las que ha pasado, se ha quedado enredada en las riendas y carece esencialmente de instrucciones. En lugar de descubrir las exigencias de un alma salvaje sana, se convierte en una víctima de una iniciación incompleta.

Teniendo en cuenta que las líneas matrilineales de iniciación -las mujeres mayores que enseñan a las más jóvenes ciertos hechos y procedimientos psíquicos de lo femenino salvaje- se han roto y fragmentado en muchas mujeres a lo largo de muchos años, es una suerte que las mujeres puedan aprender lo que necesitan gracias a la arqueología de los cuentos de hadas. Lo que se deduce de estos modelos que entrañan un profundo significado constituye un eco de las pautas innatas de los procesos psicológicos más integrales de las mujeres. En este sentido, los cuentos de hadas y los mitos son unos iniciadores; son los sabios que enseñan a los que vienen después.

Por consiguiente, la dinámica de "Piel de foca, piel del alma" resulta especialmente útil para las mujeres no del todo iniciadas o medio iniciadas. Conociendo todos los pasos que hay que dar para completar el cíclico regreso a casa, es posible desenredar, replantear y completar debidamente una iniciación defectuosa.

Veamos qué instrucciones nos da este cuento.


Notas

(2) También se dice en muchos grupos étnicos que el alma no se encarna en el cuerpo ni alumbra el espíritu hasta tener la certeza de que el cuerpo en el que va a habitar está prosperando efectivamente. En nuestras más antiguas tradiciones, por esta razón a un niño no se le suele imponer el nombre hasta pasados siete días del nacimiento o dos ciclos lunares o bien al cabo de un período de tiempo todavía más largo para demostrar con ello que la carne es lo bastante fuerte para recibir el alma que a su vez alumbrará el espíritu. Además, muchos sostienen la sensata idea de que a un niño no se le debería pegar jamás, pues tal cosa aleja el espíritu de su cuerpo y el hecho de recuperarlo y volver a colocarlo en el hogar que le corresponde es un proceso muy arduo y prolongado.
(3) El vocablo "iniciación" procede del verbo latino initiare. Una iniciada es una mujer que está iniciando un nuevo camino, que está siendo instruida. Una iniciadora es una persona entregada a la difícil tarea de explicar lo que sabe acerca del camino, que indica la "manera" y guía a la iniciada para que pueda afrontar los retos y aumentar su poder.
(4) En las iniciaciones defectuosas, la iniciadora sólo busca a veces los fallos de la iniciada y olvida o pasa por alto el setenta por ciento restante del proceso de la iniciación: el fortalecimiento de los dones y las cualidades de la mujer. A menudo la iniciadora crea dificultades sin prestar ningún apoyo, provoca situaciones de peligro y se sienta a ver lo que ocurre. Se trata de un vestigio de un fragmentario estilo de iniciación masculino, un estilo en el que se cree que la vergüenza y la humillación fortalecen a una persona. En tales casos, las iniciadoras provocan dificultades pero no prestan el necesario apoyo. 0 bien cuidan mucho el procedimiento, pero apenas se tienen en cuenta las importantes necesidades de sentimiento y la vida del alma. Desde el punto de vista del alma y el espíritu, una iniciación cruel o inhumana jamás refuerza el sentimiento de hermandad con las demás mujeres ni la afiliación. Es algo incomprensible. A falta de iniciadoras competentes o situada en un medio en el que las iniciadoras aconsejan y apoyan los procedimientos inhumanos, la mujer intenta iniciarse ella misma. Se trata de una empresa admirable y de una hazaña extraordinaria aunque la mujer sólo consiga alcanzar las tres cuartas partes de su propósito y es una tarea digna de todo elogio, pues la mujer tiene que prestar mucha atención a la psique salvaje para saber lo que ocurrirá después y después y después y seguir adelante sin tener ninguna seguridad de que eso es lo que siempre se ha hecho antes y ha dado lugar miles de veces a un resultado apropiado.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Google+